El cuartel Borgoño en la Base Naval de Talcahuano se transformó en un centro de experimentación de la tortura cruel, las cuales fueron comandadas por el capitán infante de marina Köhler. Los primeros en recibir en carne propia el experimento de la brutalidad fueron sus compañeros de armas, la marinería que intentaba oponerse al golpe de Estado en agosto de 1973. Después de ocurrido el golpe, se institucionalizaría este método inquisitorio para con el resto de los compatriotas que pasaron por este lugar.
Centros de reclusión y torturas en los que estuvieron presos los marineros y artesanos de la Armada por denunciar y oponerse al golpe de estado en 1973
Los tres civiles militantes del MAPU detenidos por la causa 3926 del Proceso de la Escuadra
Hernán Pacheco Quiroz
Leopoldo Luna Soto y
Hugo Maldonado Alvear
Las detenciones de Hernán Pacheco y Leopoldo Luna, militantes del MAPU *
El 12 de septiembre , unos de los marinos detenido es amenazado de nuevas torturas por el fiscal Villegas y su asistente (probablemente el teniente Benavides): “o hablas o te manadamos para arriba al fuerte Vergara” [E] Fuentes, 2003. El marino termina por conducir un destacamento hasta el departamento donde se habían reunido con Garretón….
Los dos detenidos son llevados hasta la Plaza Sotomayor, donde sus destinos se separan por seis semanas: Luna parte a un buque-prisión y luego al campo de concentración de Pisagua; Pacheco va a parar al cuartel Silva Palma. [E] Luna, 2003. En el proceso figura el informe del allanamiento “conforme a las informaciones del dept A-2 de la 1° ZN”, firmado por Pedro Benavides, donde sólo se habla de Pacheco. Nada se dice sobre Luna que les interesa poco, por el momento. Causa 3926, foja 2021.
Con la captura de Pacheco, los servicios de la Marina tienen en su poder, por primera vez, a un dirigente político “civil” que se ha reunido con los marinos. Uno de los que, a sus ojos, había incitado a los marinos a actuar contra los oficiales; el “eslabón perdido” para llegar a Altamirano, Enríquez, Garretón y al gobierno de Allende.
Hernán Pacheco es interrogado en el Silva Palma, golpeado y torturado durante siete días con sus noches; “el día y la noche eran exactamente lo mismo”, recuerda. Paradójicamente, los servicios de la Marina tienen ya un cuadro completo de las reuniones entre marinos y dirigentes de izquierda: “prácticamente ya no tenía nada que decir”. La tortura es brutal: le dan golpes de puños, patadas, golpes en la cabeza, en las orejas, con laques y objetos mojados, “golpes, permanentemente golpes”. No utilizan aún electricidad u otros suplicios que le aplicarían más tarde en la Academia de Guerra. Los torturadores del Silva Palma compensan su inexperiencia con una brutalidad extrema; “ni ellos estaban preparados ni yo estaba preparado”, comenta Pacheco.
El objetivo de la tortura es hacerlo decir que los marinos iban a pasar por las armas a la oficialidad y bombardear Valparaíso:
“Básicamente, qué se había hablado en las reuniones y cómo íbamos a matar a los oficiales. A ellos les interesaba que yo dijera y ratificara es que los marinos se iban a tomar los barcos y que iban a pasar por las armas a la oficialidad. èse era su objetivo principal […] los planes que tenían los marinos para tomarse los barcos, matar los oficiales y bombardear Valparaíso”.
Aunque Hernán Pacheco siempre tendrá los ojos vendados, el tipo de lenguaje indica que un oficial conduce el interrogatorio y las torturas, y lo asisten al menos dos encargados de golpear bajo sus órdenes. El detenido percibe la presencia de otros represores, aparentemente encargados de registrar lo que dice y de orientar las preguntas. Su combate es decir “que no, no y no” y mantener su negativa. No “confesará” lo que ellos quieren.
… Por fin , el 19 de septiembre lo llevan a la Fiscalía para formalizar su detención. A partir de entonces es declarado reo, lo mandan a la cárcel incomunicado por cinco días, y luego queda en libre plática. [E] Pacheco, 2003.
El nombre de Pacheco figura por primera vez en el proceso el 27 de septiembre, 15 días después de su detención. Allí declara que en la reunión entre Garretón, Néspolo y ocho suboficiales de la Armada (no menciona a Luna), el sargento Cárdenas afirma que es necesario adelantarse al golpe tomándose los buques; habla de bombardeos si es necesario y responde que tienen fuerzas suficientes….
Mientras tanto, Leopoldo Luna permanece detenido, pero los servicios de la Armada ignoran aún su presencia en la reunión entre los marinos y Garretón. Cuando lo detienen en el departamento de Viña, Luna explica que es un conocido de la dueña de casa y que en política simpatiza con la Izquierda Cristiana. Durante los primeros días de detención recibe el maltrato reservado a los prisioneros. lo amarran y lo maltratan, “huevón que pasaba se sentía con el derecho a pegarte”, recuerda. A los pocos días lo trasladan al campo de concentración de Pisagua, donde es interrogado varias veces…
Leopoldo Luna no sabe que Hugo Maldonado (quien condujo el automóvil que llevó a los marinos a la reunión con Garretón y hermano del marino José Maldonado) seguramente confiado en que no había hecho nada reprensible, se había entregado a Investigaciones, donde lo interrogan brutalmente. A Luna, en Pisagua, le preguntan por la familia Maldonado, militantes conocidos, y debe aceptar que los conoce. Después de estos interrogatorios, Luna nota que lo aíslan de los otros prisioneros, hasta que el 18 o 19 de octubre lo embarcan en el destructor Orella que zarpa con un grupo de detenidos que será puesto en libertad. De Pisagua navegan hasta Antofagasta, para luego continuar en avión hasta El Belloto.
Durante la travesía, el comandante pronuncia un encendido discurso exhortándolos a “que se vayan tranquilos para sus casas para que ayuden a reconstruir el país, este país que lo llevaron al caos los terroristas y el comunismo internacional…” explicándoles que después de fichados podrán transitar libremente por un sector de buque. A bordo, Luna consigue hablar con Molina, un dirigente del MAPU que está entre los prisioneros, y le informa de que seguramente será interrogado acerca de los contactos con los marinos. Luna es el primero llamado por los parlantes, pero en lugar de fotografiarlo como a los otros, lo aíslan. En Antofagasta desembarcan casi todos, pero él continúa aislado, hasta que el buque retorna a Pisagua. Ahí embarca un nuevo grupo de presos y esta vez zarpa a Valparaíso, donde casi todos serán puestos en Libertad, salvo seis o siete. Luna entre ellos. [E] Luna, 2003.
Hasta ese momento Luna no figuraba en el escenario de Pacheco, pero los servicios de la Armada han descubierto la relación entre ellos. Deciden volver a interrogarlos. Con rencor. Se inicia otro ciclo de torturas, para ambos. [E] Pacheco, 2003.
En una amplia sala del cuarto piso de la Academia de Guerra Naval, con ventanas hacia el mar, se han instalado las salas de tortura. Para ello se ha subdividido el gran salón en unas cuatro piezas pequeñas, separadas con tabiques de madera aglomerada, probablemente de “cholguán”, en las que se tortura simultáneamente. [E] Luna, 2003.
Cuando Pacheco llega a la Academia, probablemente el 23 de octubre, le retiran la venda. Su primera visión es la del personal limpiando la sangre dejada por un prisionero que venía de arrojarse del cuarto piso, “se había suicidado un muchacho que era del MIR si no me equivoco” (según Magasich fue Luis Guzmán Rojas de 19 años el cual sobrevive y frágil, parte a Dinamarca al exilio en septiembre 1974). El edificio está repleto de prisioneros. Pacheco pasa alrededor de 45 días en el cuarto piso, donde es nuevamente torturado, con algunas interrupciones en el buque-prisión. Esta vez, además de los golpes, los verdugos disponen de máquinas para aplicar golpes eléctricos, administradas (quizá fabricadas) por los servicios secretos de la Armada. Y lo peor – recuerda – es escuchar día y noche los gritos desgarradores de las víctimas sin poder hacer nada por ellas; “es algo espantoso”.
Las preguntas tienen el mismo objetivo obsesivo: que “diga” que iban a matar a los oficiales y a bombardear la ciudad. Esta vez le exigen escribir las respuestas; “creo que debo haber escrito unas 500 páginas sobre lo mismo”:
“Y la obsesión de ellos era que yo dijera que íbamos a matar a los oficiales: Era tan absurdo el tema, porque cuando me llevan a la Fiscalía Naval, para declarar, como yo insistía en que no, que no y que no, entonces ya no encuentran nada mejor que ponerme una pistola en la cabeza y decirme que si no digo eso me matan. Delante del fiscal Villegas” [E] Pacheco, 2003 .
Leopoldo Luna llega a la Academia de Guerra el viernes 19 o el sábado 20 de Octubre. De pronto lo amarran, le vendan la vista y lo llevan de vuelta al Molo para embarcarlo en el buque-prisión Lebu. Allí consigue conversar con otros militantes presos y se entera del descalabro de la izquierda en Valparaíso; los partidos han sido practicamente destruídos. También logra conversar con Hernán Pacheco, quién le informa que están enterados de que él es el encargado de las relaciones con los marinos antigolpistas. Luna comprende lo que le espera.
El lunes 22 o el martes 23 de octubre lo trasladan a la Fiscalía Naval. Cuando está en la fila contra el muro, escucha una voz que dice: “A ver ¿quién es Leopoldo Luna? ¡que levante el brazo!”. “ ¡Date vuelta! ” . Ve por primera vez a Pedro Augusto Benevides Manzoni, quién será su torturador durante casi cuatro meses. Éste lo mira como “pichilo curao” y le dice: “ ¿Vos soy el Leopoldo Luna huevón? A ver, ¡Acompáñame! ¡En media cagadita que estai metido!. De inmediato lo lleva ante el fiscal Villegas, quien le lee la lista de acusaciones, relacionadas con la Marina y otras cosas, y luego lo trasladan de vuelta al Lebu.
Los represores saben que tiene en su poder al secretario regional del MAPU y al organizador del trabajo con los marinos. Al día suiguiente, Luna es conducido a la Academia de Guerra Naval, de donde no saldrá hasta enero de 1974, e incluso volverá más tarde, durante otros 20 terribles días.
La primera declaración de Luna en el proceso data del 25 de octubre. describe la reunión entre los marinos y Garretón, dice no conocer a ninguno de los ocho o diez que asistieron y confirma que consiguió el departamento a través de la novia de un amigo; Garretón habría dicho que los recursos del MAPU eran muy limitados y que hablaría con otros partidos Causa 3926, foja 393.
Apartir de ese día, Luna es torturado casi cotidianamente, en ocasiones dos veces al día: “A mí me hicieron mierda” resume. recuerda que lo tortura un equipo de tres a cuatro agentes; le dan golpe tras golpe y le aplican descargas eléctricas, siempre dirigidos por uno que da instrucciones, a veces apuntadas en papeles para que no se escuche su voz. Luna –como otras – víctimas es un verdadero pushing ball ; recibe golpes y golpes sin saber de dónde vienen…un día, luego de un mes y medio de torturas, Luna grita y grita, hasta que lo arrojan por la escalera; roda del cuarto al segundo piso, donde está la unidad de tratamiento de la información. Cuando se dan cuenta de que le ha afectado la columna lo trasladan al Hospital Naval, “medio chalado, medio desvanecido” recuerda. Lo llevan algunos días al cuatel Silva Palma para que se recupere, Y luego continúa la tortura. El 14 de Noviembre, el fiscal lo somete a proceso por sedición y motín. Causa 3926, foja 571. El 30 figura una nueva declaración de Luna. Causa 3926, foja 606.
Su vista permanece siempre vendada y lo llevan amarrado. la falta de visión aumenta su percepción auditiva y distingue perfectamente la voz del teniente Benavides. Además dos veces lo ve: en un momento es golpeado de tal forma que su cuerpo es proyectado contra la pared de madera aglomerada que cede y la atraviesa. Cuando lo tiran de las piernas para traerlo de vuelta se le suelta la venda y ve a su torturador. Pedro Benavides está sentado dirigiendo la tortura como un oficinista, anotando las instrucciones a los torturadores. [E] Luna, 2003.
Por esos días, los interrogadores ya saben que el movimiento de la marinería está aplastado, pero aún temen la acción de algún oficial golpista. Leen ante Luna, uno por uno, los nombres de los mandos de buques, de las unidades de abastecimiento y de los cuarteles, preguntando si están vinculados con el movimiento….
Sólo cunado la vida de la víctima está en peligro, le conceden algunos días de tregua en el Silva Palma o en el Lebu. En una de esas pausas, Luna consigue enviar un mensaje a su hermano pidiéndole que se asile, pués si no puede resistir más dará su nombre como el responsable de todo. El tratamiento horroroso se prolonga hasta enero de 1974 y luego vuelven a repetirlo [E] Luna, 2003.
Luna y Pacheco, durante el mes horrible que soportaron en la Academia de Guerra, construyen un nuevo relato:
“tuvimos que construir una verdad que fue una verdad a medias, porque tuvimos que construirlas en una relación donde aparece el Partido, aparece Leopoldo Luna y todo lo demás. Y ésa es la segunda etapa en la que estamos un mes con Leopoldo en la Academia de Guerra. Un mes o un mes y medio entre que estamos en interrogatorios y el Lebu. de ahí nos llevan al Lebu, al buque Lebu, a la bodega, y ahí volvemos a reencontrarnos ya con Leopoldo, y ahí estuvimos durante todo ese tiempo” [E] Pacheco, 2003…
Luna cree que sus convicciones y su excepcional resistencia física adquiridas durante su niñez campesina le permitieron soportar aquellos insoportables meses. Luego, al igual que Pacheco y los marinos, Luna será transferido a la cárcel de Valparaíso, de ahí a los campos de prisionero de Melinka y Puchuncaví; enseguida a la cárcel nuevamente y finalmente a la Penitenciaría de Santiago.
* Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 275 – 282.
La detención de Hugo Maldonado Alvear, militante del MAPU
Era el primer Domingo luego de las celebraciones del 21 de mayo en 1973, cuando en casa de mis padres en La Calera, mi hermano marinero José Arturo Maldonado me expresó su preocupación sobre una serie de situaciones que estaban ocurriendo entre la oficialidad de diversas unidades de la Armada y que tendían a derrocar al Gobierno constitucional de Salvador Allende. A esa fecha desempeñaba el cargo de Jefe Administrativo de la Corporación de la Vivienda Valparaíso Aconcagua, un puesto designado por el mismo Gobierno de la Unidad Popular. Luego de tener mas información sobre las irregularidades las hice llegar a la Presidencia de la República.
Luego cuando el 6 y 7 de agosto de 1973 se realizaron las detenciones de cientos de marinos constitucionalistas en Talcahuano, Valparaíso y otras dependencias de la Armada, volví a insistir ante las autoridades de Gobierno, con la información de los movimientos golpistas que se desarrollaban al interior de las diversas unidades de la Armada. Luego a mediados de agosto viajo a Concepción con la intención de visitar a mi hermano, quien de acuerdo a información que se había filtrado estaba siendo torturado junto a decenas de otros marineros.
Muy pronto la inteligencia naval comienza la búsqueda de las conexiones civiles de la marinería, a pesar de que habían sido los mismos marinos quienes espontáneamente se habían organizado ante las irregularidades constitucionales y acciones sediciosas en que estaban envueltos los oficiales. Fui detenido por personal de Investigaciones en La Calera el 4 de octubre y trasladado al Edificio de la Intendencia en Valparaíso donde funcionaba la Primera Zona Naval, allí recibí las primeras sesiones de tortura por parte de personal de la Armada. Para luego ser trasladado al Cuartel Silva Palma donde sufrí dos semanas de intensas sesiones de tortura incluyendo dos simulacros de fusilamiento.
Desde ese infierno se inicio un periplo de centros de detención, muchos de ellos secretos y campos de concentración indudablemente clandestinos. Isla Riesco [Melinka}, Puchuncavi, el cual mediante trabajo forzado fuimos obligados a tender el alambrado. Lo sarcástico del caso es que este había sido un centro de veraneo popular que habíamos construido mediante el Minvu [ministerio vivienda y urbanismo de Valparaíso] del cual era miembro del Comité Técnico]. Como así también el de Ritoque. Después fuimos devueltos a la Carcel de Valparaíso y una vez condenados fuimos llevados clandestinamente a la Penitenciaria de Santiago con la intención de luego distribuirnos por penales de Copiapó a Puerto Montt, con la intención de eliminarnos. Quien realiza el traslado es personal de la Dina.
Fuimos liberados por la amnistía de abril de 1978 y a un préstamo de 200 millones de dólares de la Comunidad Europea. Yo fui forzado al exilio cuando ya había rehusado hacer uso de diversas visas para viajar al destierro. El siete de mayo de 1978 bajo la protección de la embajada británica viaje a Londres, luego que la CNI rodeo el departamento donde vivía en Ñuñoa.
El electricista Julio González había sido uno de los seleccionados, en 1972 para llevar al destructor Riveros a Inglaterra. En septiembre de 1973 mientras instalan los nuevos armamentos, como los misiles Exocet, les comunican la versión oficial sobre la detención de los marinos. Y a los pocos días reciben la noticia del “pronunciamiento”.
González no había estado vinculado con ningún movimiento; de las lanchas torpederas en el extremo sur había partido directamente a Inglaterra. Pero ahora lo invade la inquietud. Por una parte las estaciones de televisión inglesas muestran cadáveres flotando en el río Mapocho y prisioneros políticos en el Estadio Nacional, y por otra parte no consigue tener noticias de su familia, todos de izquierda. No puede dejar de preocuparse cuando ver lo que ocurre en la televisión inglesa. La dama inglesa que le alquila una pieza le pide que no le vuelva a dirigir la palabra porque no quiere tener ninguna relación con quienes cometen tales barbaridades. Julio González se explica como puede: “Me costó mucho explicarle a doña Silvia que yo no tenía nada que ver”. Angustiado y deprimido, va al médico en Inglaterra y acaricia la idea de desertar, pero finalmente decide volver para no exponer a su familia.
El Riveros retorna a Chile en 1974. En España y en Panamá, así como en todos los puertos que tocan, se les impone la salida de civil. Cuando el buque se encuentra a una 30 millas de la base de Guantánamo en Cuba, tocan zafarrancho de combate porque –dicen- los aviones cubanos los van a atacar.
La primera vez que Julio González se pasea con uniforme en Valparaíso, en agosto de 1974, le sorprende ver que la gente “no me decía nada […] parece que la gente como que me hacía el quite” y en la Marina “nadie conversaba el tema”. Durante tres meses vive un sordo conflicto interior; piensa “producir un hecho” pero finalmente, en una conversación informal con un oficial le dice que le resulta “muy difícil permanecer en la Marina porque tenía vergüenza de vestir el uniforme”.
Esto le cuesta 40 días de detención y la expulsión de la Armada. Lo llevan entonces a una vieja barcaza anclada en el puerto de Valparaíso, (probablemente la Boca maule, donde estuvo el suboficial Triviño) donde lo encierran en un cajón estrecho en el que cabe de pie pero no puede arrodillarse. Está sólo. Ve abrirse la puerta y le dan comida.
Una vez fuera del calabozo y la Marina “estás en cero”, recuerda. Decide entonces irse a Santiago. Entre el exilio y quedarse para “terminar con lo que estaba pasando” se decide por lo segundo. Milita en las filas de Frente Patriótico Manuel Rodríguez. [ E ] González, 2001.
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 288 )
José Triviño, uno de los suboficiales más antiguos y conocido por su oposición al golpe, había sido mutado a Santiago para apartarlo de la tropa. El 11 de septiembre consigue llegar hasta su unidad donde el segundo comandante le ordena volver a su casa. De regreso enciende el receptor con la esperanza de captar alguna instrucción del gobierno; su hijo, estudiante de la Universidad de Chile, está en la facultad con otros estudiantes de izquierda. De noche irrumpe en su casa un pelotón de ocho carabineros, detiene al suboficial Triviño y lo conduce a la Escuela de Suboficiales. Al día siguiente vienen a buscarlo cuatro miembros de Inteligencia naval, un teniente Osses y tres sargentos (Aliaga, técnico electrónico; Villarroel, enfermero; y un telegrafista), quienes lo llevan al séptimo piso del Ministerio de Defensa. Allí le cortan los galones con un yatagán, gritándole que es un infiltrado vinculado a los cubanos, lo amarran a un sillón y comienzan a torturarlo dándole golpes de electricidad. Efectivamente su hija había ganado una beca y había estudiado medicina en Cuba. En la tarde lo llevan por avión a El Belloto, donde lo colocan en un lugar al aire libre donde hay unos 40 prisioneros. Echan andar las turbinas de un avión para enfriarlos y continúa la tortura.
Triviño es trasladado al Silva Palma incomunicado, donde responde: “No voy a negar que estuve con la Constitución y se lo he manifestado a todos los comandantes”. El 4 de octubre lo llevan al barco prisión Boca Maule, donde, entre los prisioneros hay médicos, profesores, personas inválidas, dos sacerdotes, así como algunos argentinos y brasileños. En las diferentes sesiones de torturas, las víctimas reconocen entre los torturadores a miembros de Patria y Libertad que portan uniforme de la Armada.
Hacia la Navidad, Triviño es trasladado a la cárcel de Valparaíso, donde se encuentra con los otros marinos prisioneros. Sólo en enero de 1974, al cabo de más de tres meses de prisión y malos tratos, sale en libertad sin que nunca se le acuse de nada.
Años más tarde, el suboficial Triviño decide asistir a una ceremonia de antiguos de la Armada, “para demostrarles que aún estaba vivo”. Ahí se encuentra con el sargento Aliaga, uno de sus torturadores. “Lo miré muy fijamente…él sólo agachó la cabeza”. Fajardo, 2000, 190- 192.
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 284 )
La detención de Patricio Barroilhet, Q.E.P.D,† 30 de junio 2010.*
Patricio Barroilhet había desertado en julio de 1973 (del crucero Prat) y es detenido el 4 de septiembre en Valparaíso, por Investigaciones. Lo condenan a tres meses por deserción. Cuando sale, sólo permanece un día en libertad: lo detienen una segunda vez, ahora por la causa 3926. Luego de ser interrogado y torturado durante cinco semanas por los esbirros del teniente Benavides, lo dejan en libertad.
Para esquivar los servicios de la Marina, va a estudiar matemáticas en la Universidad Técnica de Santiago. Pero la mudanza le sirve poco: a principios del año 1974 es detenido por tercera vez, llevado al Silva Palma, interrogado, maltratado y nuevamente dejado en libertad…hasta 1976, cuando comete el error de ir a la Escuela de Ingeniería a pedir un certificado de los ramos aprobados. Allí es detenido por cuarta vez y el ex-comandante Lautaro Sazo lo presiona para que se transforme en indicador (Lautaro Sazo había sido excluído de la Marina en 1971 por sedición, pero después del golpe fue reintegrado y trabaja para los servicios secretos). Cuando es puesto en libertad, Barroilhet parte rápidamente de Chile. (Barroilhet, 2002)
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 286 )
Ex marinero constitucionalista apresado en Santiago
CHILENO CANADIENSE APRESADO EN AEROPUERTO DE SANTIAGO
El ciudadano chileno canadiense Patricio Alejandro Barroilhet Santibáñez (RUT 5.785.072) ex marinero 1º, constitucionalista, de la Armada de Chile, fue impedido por agentes de investigaciones de Chile de retornar a Canadá
Por Mario H. Concha Vergara, Corresponsal
EL MAPOCHO, martes 10 de marzo de 2009
Santiago de Chile.- El ciudadano chileno canadiense Patricio Alejandro Barroilhet Santibáñez (RUT 5.785.072) ex marinero 1º, constitucionalista, de la Armada de Chile, fue impedido por agentes de investigaciones de Chile de retornar a Canadá, donde aún permanece como refugiado político de la dictadura fascista de Pinochet Ugarte, desde el año 1979 (30 años).
Barroilhet, debido a esa situación estuvo a punto de morir en el aeropuerto Arturo Benítez debido a su condición de salud y extrema tensión a la que fue sometido por sus captores, sin una orden emanada de tribunal alguno, sino por el sólo hecho de que su estadía, de acuerdo a su pasaporte Canadiense se había vencido. La policía, no consideró para nada su calidad de ciudadano chileno con carnet de identidad y pasaporte de Chile. Barroilhet informó en reiteradas ocasiones a sus captores que requería usar su máquina de diálisis peritoneal y tomar otras medicinas que le permiten la sobrevivencia, a lo que se opusieron sus ilegales captores de la Policía de Investigaciones del aeropuerto.
Barroilhet había ingresado a Santiago por el aeropuerto internacional el 30 de noviembre de 2008, en extremas condiciones de salud, trasladando consigo una gran cantidad de medicinas y una delicada máquina de diálisis peritoneal que le permiten sobrevivir después de dializarse por 10 horas cada día. Cuatro funcionarios de la Policía de Investigaciones (Internacional) de Chile, le infligieron a Barroilhet un trato inhumano, humillante e inflexible, según nos relató a El Mapocho.
“Requerí asistencia por mi condición de enfermedad irreversible, además soy una persona prácticamente deshabilitada. Se me manifestó que eso era un problema personal mío y que yo mismo debía resolver las dificultades de tratamiento médico, alojamiento y permanencia en el país, cuando se los solicité”, pues obviamente el señor Barroilhet fue impedido de viajar pues estaba en calidad de detenido. Barroilhet viajó a Chile para resolver su situación previsional que a la fecha, después de una espera de 35 años sigue “a la espera de una resolución a una situación que se ha prolongado en el tiempo” y que los 17 años de democracia se han negado a solucionar pues para la Armada de Chile Barroilhet es aún un marinero alzado por defender la constitucionalidad de Salvador Allende junto a otros cientos de compañeros que están en la misma situación. Estos marineros y algunos civiles constitucionalistas que trabajaban para las FF.AA., han sido considerados a partir de 1973 como sediciosos y se les han conculcado todos sus derechos civiles y militares; la “democracia” les ha otorgado “el pago de Chile” y se han desentendido completamente de la situación de estos demócratas.
Hay que recordar que los marineros constitucionalistas de 1973 no solamente honraron el Juramento a la Bandera, sino que defendieron al gobierno popular de Salvador Allende Gossens y respetaron la Constitución de 1925. Por esto, fueron torturados por la Marina, procesados en forma indebida, encarcelados y mantenidos en el ostracismo político, social y económico y aún, en pleno marzo de 2009 son considerados “traidores a la Patria”, delincuentes políticos y sediciosos ultraizquierdistas que infiltraron la Armada de Chile. Al ministro de Defensa Goñi, miembro del PPD, como a la misma presidenta Michelle Bachelet Jeria cuando era ministra de defensa, se les ha pedido hacer justicia en el caso de estos servidores públicos y han ignorado sus pedidos. Barroilhet, tuvo que recurrir en un Habeas Corpus ante la Corte de Apelaciones de Santiago para poder salir de Chile, encontrándose en Santiago hasta el día de hoy. La Embajada de Canadá tuvo que intervenir en este atropello a su súbdito y solo así las autoridades chilenas han dado el pase a la salida del país de este ciudadano.
A todo esto, aún no se sabe si los funcionarios policiales que arrestaron inconstitucionalmente al ciudadano chilenos-canadiense Barroilhet, serán castigados. Ellos son: el Inspector Patricio Pérez, el Jefe de Policía Mario Walter, el Subcomisario Juan Delgado y el Jefe de Turno de Noche Marcos Cabrera Oviedo, todos denunciados ante la Corte de Apelaciones de Santiago, ante la Contraloría General de la República, ante el Ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma y ante los organismos de Derechos Humanos como la Comisión de DD.HH. del PPD que también actuó en defensa de Barroilhet.
Este caso ha causado un gran revuelo entre los miembros de las organizaciones de DD.HH. del país y sin embargo, los partidos políticos de la Concertación, el PC, y la izquierda extraparlamentaria en general han optado por no opinar al respecto. En Chile existe una verdadera sociedad de cómplices que siguen aceptando la prepotencia fascista pinochetista y casos como este, seguramente, se seguirán repitiendo.
Contingente.
Patricio falleció el dia 30 de junio 2010 en la posta central de Santiago. Dos dias antes Hugo Maldonado lo condujo a ese hospital, pues se sentia muy mal. Hugo entregó dos bolsas para dialisis las que fueron devueltas a sus familiares intactas y selladas A ratos se hacia presente la señora C. Echeverria en la sala del pato, segun Hugo, ella muy nerviosa y preocupada no tanto por la salud de pato???.
La fecha de exoneracion politica de pato y yo de la marina es el 30 de junio de 1976.
Sus restos fueron incinerados prontamente y lanzados al mar en caleta portales en Valpo.
Yo conservo una porción se sus restos en un frasco aqui en mi hogar junto con una caña de pescar con la que habia estado pescando dias antes en el muelle de la caleta portales. Se habia ido a ese lugar porque nesecitaba descansar pues ya se sentia mal. Luego de eso se fue a Santiago a donde Hugo en calle Ahumada 90.
El pato contaba con solo el 27 % de riñon bueno. Anteriormente habia sido detenido en el aeropuerto de Pudahuel, con esto se complico su salud.
Espero lanzar sus restos mortales al mar en Talcahuano, mi sueño es en la isla Quiriquina lugar en que nos convertimosen marinos honestos.
Atte. chester Rodriguez M.
Despedida a un Marino de pueblo
de Carlos Alvarado
1/7/10
Mis mas profundas condolencias para la hija y familia de Patricio.
Para Patricio Barroilhet….. de un marino del 73
“Si el hombre llega a su entera perfección, es el primero de los animales, es el último cuando vive sin leyes y sin justicia. Nada más monstruoso, en efecto, que la injusticia impuesta por el poder de las armas”. Aristóteles
Patricio: “Estuvistes dentro de los primeros”….pero tambien sufriste “la injusticia impuesta por el poder de las armas”.
Te opusistes a la conspiracion de aquellos que violaron la constitucion, sabiendo que con ello arriesgabas la vida…ellos lo tenian todo!!!….tu solo tenias el corazon, las ideas, el valor y el coraje de la Marineria!!!…. con dignidad enfrentastes la inclemencia de la mas brutal y despiadada de las represiones que a conocido la republica..
Fuistes hijo de la rebeldia…..pero tambien fuistes hermano de la misma causa ….sobrevivistes la pesadilla en la noche mas larga y obscura de nuestra historia…. y como muchos de nosotros, renacistes de las cenisas como el ave Fenix.
Viviste y luchastes por las ideas mas elevadas del siglo 20…..las ideas de una sociedad nueva!!!…..de un mundo mejor!!!….de una Marina mas justa y sin tanta diferencia social!!!
Cientos de marinos fueron secuestrados y varios civiles arrestados, pero tu estuvistes dentro de los 83 escogidos, fuistes leal a tu clase, vivistes con la frente en alto y llevastes en tus ojos la mirada del marino noble, de ese marino que se siente orgulloso ante su familia y ante todo el mundo por lo que izo……eres simbolo de lucha para todas las generaciones de Marinos, que siguen emulando y admirando lo que hicimos!!!….pasastes a ser parte de la historia!!!
Muchos Oficiales y gente de mar han pasado y pasaran por la Marina, sus nombres seran olvidados!!!….pero tu nombre y el nuestro seran recordados por generaciones venideras!!!….desde hace casi cuarenta años casi todos nos conocen en la Marina, porque nuestros nombres Y fotos estan en todas las reparticiones de la Armada!!!….no es para menos, tu y nosotros somos parte de de las paginas bellas de la historia!!!
Cuando te fuiste a la dimension del sueño eterno, donde el sueño se desvanece en la nada….dejastes ante los ojos de tu familia y de aquellos que te conocieron la imagen de un Marino que lucho contra la injusticia y la adversidad, de un hombre que creyo en un mundo mas justo y mejor …..nosotros te recordaremos como un hermano del mar!!!… el pueblo te reconoce como uno de sus hijos y te recordara tambien como uno de los marino del pueblo!!!
Que en tu viaje a la eternidad, la manta de la paz , el descanso y la tranquilidad te cubran siempre!!!
De todas partes del mundo, los marinos del 73…. Te saludamos!!!
El ex marino Luis Aguirre había tomado también la iniciativa, quizá temeraria, de ir a visitar a sus compañeros encarcelados, todos ellos miembros de su antiguo grupo en le escuela de Operaciones. Como le informan que su nombre no ha sido mencionado, continúa militando en el MIR hasta 1974, cuando es detenido Moraga, el profesor de la escuela que lo conoce. Aguirre aplica disciplinadamente las reglas de Seguridad: desconectarse y “sumergirse”; o sea dejar de frecuentar las personas y lugares habituales. Como pasan dos meses sin que nada suceda, regresa a su casa, sobreviviendo de trabajos ocasionales como profesor en una escuela. De vez en cuando algún mirista le lleva informaciones; “Yo no tenía ninguna relación con el MIR, más bien ellos tenían relación conmigo”.
Así vive Luis Aguirre hasta principios de 1975, momento en que llegan a detenerlo al día siguiente de la detención de Carlos Díaz (Agustín). Por las preguntas, Aguirre se da cuenta de que lo han vigilado constantemente para llegar hasta Agustín. En los interrogatorios sólo le preguntan por el antiguo grupo de la Escuela de Operaciones. Aunque permanece preso “como 15 ó 16 meses” y es sometido a torturas, considera que “fue leve mi tortura comparada a otra gente”. Nunca se le acusará de nada oficialmente, ni será llevado a consejo de guerra ni condenado, y hasta hoy no sabe cuál es su situación jurídica.
Durante su detención, Aguirre introduce mensualmente una solicitud de libertad bajo fianza. sabe que no la obtendrá, pero el trámite le permite romper la monotonía del encierro dando un “paseo” entre la cárcel y la Fiscalía Naval. Sin embargo, durante la visita a Chile de una comisión de un organismo internacional, le conceden la libertad provisional. Pero mientras el ayudante del fiscal Patricio Schiavetti prepara el documento que le permite salir con la obligación de presentarse a firmar una vez por semana, irrumpe otro agente gritando escandalizado, lo pone contra la pared y lo amenaza: tiene que irse del país.
En junio de 1975 consigue visa para los EE.UU., pero se resiste a partir. Un día de diciembre de 1975, cuando se presenta a firmar, Aguirre es nuevamente arrinconado en la Fiscalía, donde lo golpean y lo amenazan con cárcel: “sabemos que tenís visa, no te hai ido ¿qué es lo que estai haciendo?”. En su caso no hubo ni decreto de expulsión ni conmutación de penas, sólo amenazas. Finalmente, en enero de 1976, Aguirre parte a los Estados Unidos. ( [E] Aguirre, 2000 ).
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 285 – 286 )
Grado al momento de mi detención: Mr. 1º Eletricista (IC)
Unidad a la que pertenecía al momento de mi detención: Patrullero Papudo.
Nombre del Comandante de la Unidad a la que pertenecía: Jorge Martínez Busch QEPD.
Fecha, Lugar y Hora app. de detención: 21/08/1973, a bordo de La Papudo, 10Hrs. de la mañana.
Causas y Cargos de la detención:
Causa rol 3926/73 Resolucion Nº 07994.
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Un Breve Relato de mi Prisión en el Silva Palma.
Mi vida cambió para siempre la mañana del 21 de agosto de 1973. Estaba en Servicio en el Patrullero Papudo que se encontraba atracado al Molo de abrigo en Valparaíso, mas o menos a las 10 hrs de la mañana fui llamado para me presentara ante el comandante del Buque, Capitán Jorge Martinez Busch, al entrar al Camarote , el comandante me comunicó que estaba arrestado y sabían todo de mi persona , comenzó preguntándome si conocía al Senador Altamirano, Miguel Enríquez , Diputado Oscar Garreton, que nombrara amigos que sabían del plan zeta, si conocía al sargento Cárdenas….etc etc…..que era mejor contar la verdad y todo, si no sería peor para mi, mucha presión psicológica y amenaza, si fuí para Santiago a alguna reunión de políticos etc etc, después de un exhaustivo interrogatorio fui mandado para las siniestras celdas del Cuartel Silva Palma, en la salida del camarote me estaban esperando 4 agentes, todos caraspintadas, altos magros y armados de ametralladoras me condujeron en una camioneta color plomo, me agarraron de los brazos y me condujeron para fuera del navío, antes de entrar a la camioneta uno de los agentes me dio un golpe fuerte en el estómago, no conseguí ver si eran de alguna institución, estaba muy asustado.
Llegando a la cárcel Silva Palma me retiraron todos mis pertenencias; como cinturón, cordones de zapato, dinero documentos, etc etc todo bajo instrucción del comandante del Silva Palma con mas de dos soldados en una sala, para después conducirme para la celda, los militares todos con uniformes de combate sin distintivos, me pareció que las celdas del Silva Palma estaban subterráneas, en el calabozo que estuve era muy estrecho tenia una sola cama en pésimas condiciones, sin luz, muy helado, sin ventanas, solo una pequeña abertura en la puerta de fierro, un gran pasillo, al final estaban los sanitarios …..el colchón estaba en pésimas condiciones y pasaba mucho frio principalmente los pies yo tengo presión baja entonces era un martirio, también me dolía mucho mi columna vertebral, yo no se si fueron 6 dias o más, nunca supe, estaba muy oscuro y perdí la noción del tiempo, no conseguía dormir, ya que pensaba mucho en mi familia, ellos no sabían que estaba preso…..me sacaban como a las cuatro o cinco hrs de la mañana con la disculpa que tenia que ir al baño, generalmente tenia que ser muy rápido. Después de 6 días o mas incomunicado me sacaron para prestar declaración ante el fiscal militar, donde me interrogaron, muchas preguntas y tortura psicológica, pero al final quede en libre platica…Todos esos años sufrí mucho con la nostalgia de mi familia también se deterioro mi vinculo afectivo y social con mi familia, incluso mi padre falleció sin poder estar cerca de él, murió preguntando por mi……
Emigré para Brasil el año 1978 y desde esa fecha estoy viviendo en Brasil por razones políticas y económicas , daños sufridos y trastornos provocados por el golpe militar y el cierre de las puertas laborales.
Mi exoneración de la Armada de Chile el año 1973 tubo en mi opinión implicancias políticas es decir enmarcadas dentro de un proceso de destabilizacion política en contra del gobierno democrático por partes de las distintas fuerzas reaccionarias externas e internas quienes trataban de detener el desarrollo /avance del proceso del Presidente Salvador Allende, proceso que tubo una serie de variantes que incluyeron entre otras conspiraciones dentro y fuera de los Cuarteles, sabotajes, boicots políticos y económicos, asesinatos políticos etc en donde la oficialidad naval tubo una relevante participación y una fuerte y firme actitud de desacato y desprecio por el Presidente y su Gobierno.
La detención fue con violencia, siendo testigos de esto el personal de guardia del Papudo.
Identificación del Lugar y del personal del Interrogatorio: Cuatel Silva Palma
Tiempo de incomunicación: alrededor de 10 dias
El Golpe de estado me sorprende estando preso en el Cuartel Silva Palma.
Me tocó compartir prisión en el Silva Palma con los compañeros; marinero EL IC. Roberto Ivan Fuentes Fuentes, cabo Teodosio Cifuentes Rebolledo, cabo EL IC Pedro Blaset etc.
Quedo en libertad el 25 de octubre 1973 y el 1° der Noviembre me dieron de baja de la Institución.
Extracto sobre el Silva Palma, del Libro Auto Biográfico que escribiera el marinero Jaime Espinoza, ” El Deseo de Vivir “, año 2003
Estuve unos meses, en la Escuela de Ingeniería, en la cual perdí el incentivo, al enterarme que mi futuro sería permanecer constantemente bajo cubierta; por esa razón decidí pedir el traslado al Centro de Telecomunicaciones Quinta Normal en Santiago, para posteriormente regresar a estudiar electricidad.
En mi permanencia en esta base había una difusión de panfletos subversivos y otros de apoyo al gobierno, los cuales circulaban entre su personal, clandestinamente. Llegaron a mis oídos muchos rumores sobre un posible golpe de estado y era factible una posible guerra civil; yo escuchaba el descontento, el miedo y la curiosidad de saber qué iba a ocurrir, pero nadie se atrevía a decir o sugerir alguna manifestación.
Se empezó a crear en mí una gran preocupación, la idea de que algún día llegara la orden de disparar y matar a otro chileno me atormentaba, algunas veces pensando me decía a mí mismo, yo no puedo hacerlo he sido entrenado para proteger mi gente y sin pensarlo, daría mi vida por mi patria.
Durante este tiempo la preocupación y los rumores de un golpe de estado, continuaban; empecé a planear una posible reunión donde todos pudiéramos hablar de nuestras inquietudes ya que nosotros éramos soldados chilenos, servidores de la patria y nuestra opinión también debía tener un valor; opté por preguntarle a toda persona que me encontraba en la base, si les gustaría asistir a una reunión para discutir sobre la situación actual del país; la gran mayoría me contesto que sí , por lo tanto decidí y les comuniqué que la fecha sería el 2 de julio a las seis de la tarde, en la cafetería de la base.
Al comenzar la reunión, me extrañó ver un suboficial, dos sargentos, cabos y marineros; todos teníamos la curiosidad de qué iba a ocurrir y cuál sería nuestra posición, además querían saber que se podía hacer; al comenzar la reunión, todo era un completo desorden éramos cerca de treinta personas hablando todos al mismo tiempo en pequeños grupos; no había quien la dirigiera; decidí tomar papel y lápiz, me subí a una mesa y tomé la palabra diciendo: “Su atención por favor, estamos todos reunidos por una misma razón, no sabemos si se aproxima un golpe de estado y cuál va a ser nuestro proceder, si vamos a obedecer las órdenes o vamos a tratar de evitar una matanza entre chilenos”.
Se oyeron varias opiniones uno de ellos sugirió cercar la base y no permitir que nadie entrara o saliera; otro opinó llamar a la prensa para informarles sobre nuestra posición; otro sugirió que se realizara una guía de planteamiento, otro gritó traigamos al almirante Cabezas para informarle de nuestra posición. La reunión fue un completo desorden, ya que todo el mundo quería hablar al mismo tiempo y opinar, pero nadie quería escuchar; así fue como terminó, sin haber llegado a ningún acuerdo, pero se aprobó realizar otra reunión.
A la una de la madrugada del día siguiente, 3 de julio de 1973, me encontraba durmiendo en mi cama cuando cuatro soldados me despertaron alumbrándome en la cara con dos potentes luces, encañonándome sentía lo helado de dos cañones de pistolas, una a cada lado de la frente de mi cabeza, me gritaron, ¡ no te muevas!, si te mueves, te volamos los sesos; después de quitarme las cobijas que cubrían mi cuerpo para ver que estaba desarmado, me ordenaron que me levantara lentamente y que colocara las manos sobre mi cabeza, de dos tirones me quitaron la camisa y el pantalón de la pijama, me dejaron ,con mis calzoncillos luego me esposaron me pusieron una capucha en mi cabeza y me llevaron a una sala a donde me sentaron, Allí me quitaron la capucha y me dirigieron un potente foco de luz a mi cara, que me enceguecía y me impedía ver sus rostros, y lo que había a mi alrededor; yo tiritaba del susto y del frío, era la primera vez en mi vida que me encontraba en una situación como ésta.
Inmediatamente comenzó el interrogatorio:
INTERROGADOR: ¿Cómo te llamas?.
JAIME: Marinero segundo, Jaime Espinoza.
INTERROGADOR: ¿Sabes por qué te trajeron a esta sala? .
JAIME: No, no sé.
INTERROGADOR: Ayer tú asististe a una reunión.
JAIME: Si, Señor.
INTERROGADOR: Fue una reunión subversiva.
JAIME: Sí, estuve en la reunión, pero no era subversiva.
INTERROGADOR: Entonces, ¿ qué objetivo tenía?.
JAIME: La verdad, es que estamos todos medio asustados por una posible guerra civil.
INTERROGADOR: ¿Quiénes estaban en la reunión?.
JAIME: Personal de la base.
INTERROGADOR: Dime los nombres de los que asistieron a la reunión
JAIME: Fue un grupo de personas, algunos de ellos nunca los había visto.
INTERROGADOR: Necesito nombres, dame todos los nombres de las personas que asistieron.
JAIME: (Yo no quería comprometer a nadie y me quedé en silencio pensando). De pronto recibo un golpe que era un rodillazo al costado derecho que me hizo caer del asiento. En el piso me dieron un culatazo en mi espalda y dos patadas, e inmediatamente me agarraron y me sentaron de nuevo en la silla.
INTERROGADOR: No tengo ningún problema en refrescarte la memoria.
Nuevamente, dame los nombres
JAIME: Con voz entrecortada respondí. Estaba el marinero Pérez, el marinero González y parte del personal.
INTERROGADOR: ¿Quiénes son tus contactos aquí y fuera de la base?.
JAIME: No conozco ni he recibido órdenes de nadie.
INTERROGADOR: Nuevamente y por última vez, quiero que me digas, ¿Quién citó y dirigió la reunión?.
JAIME: Yo cité a la reunión, pero nadie la dirigió.
INTERROGADOR: He interrogado a varios y todos me dijeron que tú eras el que dirigió la reunión.
JAIME: Ya le dije y no voy a inventar nombres. (Inmediatamente recibí en la cabeza sobre la oreja derecha el impacto de un culatazo, seguido de una serie de culatazos y patadas, por todo mi cuerpo; sentí algo caliente que me corría por el cuello; era la sangre que salía de la herida en mi cabeza).
INTERROGADOR: ¿Has tenido reuniones con políticos ?, ¿ Conoces a Carlos Altamirano ? (secretario general del Partido Socialista)?.
JAIME: No, no conozco a nadie ni nunca he tenido ninguna afiliación política, ni he pertenecido a ningún partido.
INTERROGADOR: ¿Pero, por qué ellos dicen que te conocen?.
JAIME: No sé porque lo dicen, yo no conozco a nadie. Mi única intención es evitar una matanza entre chilenos y una posible guerra civil.
INTERROGADOR: Tú, como soldado, no estás supuesto a pensar, sino a obedecer las órdenes de los superiores.
El interrogatorio duró toda la noche hasta la madrugada, con intervalos de 5 a 10 minutos, los que terminaban arrojándome un balde de agua fría, para continuar con el interrogatorio.
Al terminar, me pasaron el pantalón y la camisa, una vez vestido, me pusieron la capucha, me agarraron de ambos brazos entre las axilas y me metieron a un camión, cerrado lo deduje por el sonido de las puertas sin saber yo a dónde me llevaban
Por mi mente comenzaron a pasar una serie de temores y preguntas sin respuestas. Estaba atemorizado por mis pensamientos. ¿Cuál sería mi destino?; ¿a dónde me llevarían?; ¿cuánto tiempo duraría mi detención?; ¿saldría vivo del sitio al que me llevaban ?; ¿ qué delito había yo cometido para ser tratado como un criminal?. Durante todo el tiempo que duró el viaje fue una constante tortura psicológica.
El viernes 10, después de la formación matinal en el destructor Cochrane, la guardia comunica al marino Carvajal que debe ir al crucero Prat. En la lancha lo acompaña un oficial de abastecimiento que no le dirige la palabra. El marino toma alguna distancia y mantiene las manos en los bolsillos…”no me iba a tirar al agua o hacer alguna cosa dramática; no había nada que hacer realmente” piensa, y se responde a sí mismo que aún rige el estado de derecho. En el crucero aparece el comandante de su buque y pregunta “¿quién es el que viene detenido del Cochrane?”, lo cual confirma su detención. Un capitán lo interroga sobre el movimiento de marinos que iban a tomarse los buques; el marino responde que ignora todo. El capitán insiste trocando el tono formal por otro marcado y termina amenazando: “Mira huevón, o me contai las cosas ahora o te mando donde los cosacos y ellos te van a hacer hablar”. Ocurre lo segundo; los infantes de marina lo llevan al cuartel Silva Palma, incomunicado.
Oscar Carvajal es colocado en un cuarto donde ya están Alberto y Jaime Salazar, Pedro Lagos, Juan Cárdenas, Ernesto Zúñiga y otros que no conoce. Les está estrictamente prohibido hablar entre ellos…pero en la noche los ponen en un camión blindado donde consiguen intercambiar algunas palabras.
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 143 )
Ex marino: “es muy difícil creer” que Vergara nunca supo de torturas Oscar Carvajal Gallardo, confirmó que en su testimonio ante la Comisión sobre Tortura mencionó al actual almirante Miguel Ángel Vergara, por ser su jefe directo cuando fue desembarcado y llevado luego hasta una unidad en que se le aplicó tormentos por presunta sedición.
“Cuando nosotros volvimos de Talcahuano, nosotros denunciamos, apareció en mucha prensa, toda persona medianamente informada pudo enterarse de los marinos que estaban siendo torturados. Es ahí donde yo pienso que sí hay una responsabilidad. Un subalterno suyo está denunciando que fue torturado, alguna reacción debería haber habido de este jefe, ¿no?”, explicó el ex uniformado cuyo testimonio fue difundido ayer por una organización de exonerados de la Armada.“Es muy difícil creer que él nunca tuvo conocimiento” de la tortura, señaló esta mañana el ex marino primero, Oscar Carvajal Gallardo, refiriéndose al actual Comandante en jefe de la Armada, almirante Miguel Ángel Vergara, a quien mencionó ante la Comisión sobre Tortura y Prisión Política, como su jefe directo y quien ordenó su desembarco para entregarlo a otras unidades militares que terminaron aplicándole torturas.
En la declaración, Carvajal Gallardo afirma que el 10 de agosto de 1973 su jefe directo en el buque destructor Cochrane, recalado en Valparaíso, el entonces Teniente Primero, hoy máximo jefe de la Armada , Miguel Ángel Vergara, lo envió en comisión de servicio acompañado de un oficial.
En ese trámite fue interrogado por una supuesta participación en un complot para rebelarse a los oficiales que preparaban el golpe de Estado de septiembre. Luego, afirma, fue detenido, incomunicado y trasladado al cuartel Borgoño de Talcahuano en donde lo sometieron a sesiones de tortura, que le dejaron como secuelas auditivas por la rotura de sus tímpanos.
De acuerdo a la Armada, el ex marino fue desembarcado para prestar declaraciones en una causa instruida en un juzgado militar, por sedición, luego de lo cual quedó detenido en tierra, por lo que el actual almirante no habría tenido complicidad con las posteriores torturas que denuncia.
“Yo no estoy al tanto de qué documentación existía en ese momento, y qué información él (Vergara) tenía. Lo que yo puedo afirmar hoy día es que efectivamente yo fui desembarcado, pero a mí no se me informó en ese momento que hiba a prestar declaraciones a un tribunal. Yo me entero que estoy detenido cuando llego al otro buque en donde fui recibido por un comandante. Yo no creo que ese fuera el tribunal, dado que ese comandante, después de interrogarme me amenazó con enviarme a la Infantería de Marina ( …), donde (el oficial le dijo) ´sí tienen métodos para hacerte hablar”, respondió Carvajal en diálogo con radio Cooperativa desde Estocolmo, en Suecia, país en el que reside.
“Yo no apunto al almirante Vergara. En mi declaración yo lo nombro por ser mi jefe directo. Hasta qué punto él está involucrado o no, yo no lo puedo decir en este momento . Él era mi jefe directo, él me envió a otra repartición desde donde yo fui trasladado al cuartel Borgoño y fui torturado”, agregó
La Nación 2004
Ex marino nombró a almirante Vergara en su testimonio ante la Comisión Valech
Fuente: La Segunda Internet
El nombre del comandante en jefe de la Armada, Miguel Angel Vergara, aparecería consignado en el informe elaborado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura. Según el testimonio de un miembro de la coordinadora de exonerados de la Marina, fue la actual máxima autoridad de esa rama quien lo entregó a sus torturadores en agosto de 1973.El nombre del comandante en jefe de la Armada, Miguel Angel Vergara, aparecería consignado en el informe elaborado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura.
Santiago.- Aunque no pueden afirmar que el hoy comandante en jefe de la Armada supiera de las torturas, los exonerados de la Marina creen que podría haber preguntado por el destino de su subalterno, según informó Radio Cooperativa.
La entidad que representa a quienes fueron destituidos de la Armada tras el golpe de Estado informó que la comisión encabezada por monseñor Sergio Valech incluyó el testimonio de Oscar Héctor Carvajal Gallardo, quien actualmente reside en Estocolmo, Suecia. En su declaración afirmó que el entonces jefe del departamento de electrónica del destructor “Cochrane”, el teniente primero Miguel Angel Vergara Villalobos, lo envió en comisión de servicio ante los efectivos que lo torturaron.
El presidente de la coordinadora, Víctor López, quien entregó a la prensa un escrito con el testimonio de Carvajal, dijo que no podría aseverar que el actual almirante supiera el destino que tendría Gallardo al enviarlo en comisión de servicio, aunque podría haberse preguntado por su destino.
“Yo no puedo asegurar que él estaba en conocimiento de que cuando él lo mandó en comisión de servicio lo iban a torturar. No lo puedo aseverar. Pero si él tiene interés, puede preguntar: qué pasó con el marino que yo mandé en comisión de servicio”, señaló.
“Tiene elementos para conocer que efectivamente se torturó a sus subordinados en la instrucción. Y si no los tiene es muy fácil que pregunte qué pasó con mis marineros cuando yo lo mande en comisión de servicio en agosto de 1973”, agregó.