https://www.centrobarrosarana.gob.cl/622/articles-94060_archivo_01.pdf
Fotografías de la portada, de izquierda a derecha:
Arriba: Ernesto Zúñiga, Guillermo Castillo, Jaime Balladares, Guillermo Castillo y Patricio Cordero.
Abajo: José Lagos, Jaime Salazar, Jaime Espinoza, Alberto Salazar y José Orlando Díaz.
La foto rasgada grande es de un marino desconocido que participa en la revista de 1969.
Estas fotografías fueron tomadas del sitio web www.marineros-constitucionalistas-chile.com
Alberto Salazar y Ernesto Zúñiga, de acuerdo con el Informe Rettig, murieron en 1978 y 1982, víctimas de la violencia política.
Presentación y entrevistas
Jorge Magasich Airola
Jorge Magasich Airola es doctor en historia por la Universidad Libre de Bruselas y profesor en el Istitut des Hautes Etudes des Communications Sociales de Bruselas. Es autor de América Mágica, mitos y creencias en tiempos del descubrimiento del nuevo mundo (2001), Los que dijeron “No”. Historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973 (2008); Allende, la UP y el golpe (2013); Datos históricos sobre la Democracia Cristiana (2018). Y de las actas de coloquios: Chili pays laboratoire (2008) y Fuerzas Armadas, legalismo y democracia en América Latina (2010).
La colección Fuentes para la historia de la República es un repertorio documental creado en la noción de que la concepción actual de la historia requiere de nuevos tipos de fuentes que cubran todos los aspectos del pasado, no solamente los documentos oficiales y gubernativos, los papeles de estadistas y próceres sino, también, los testimonios de la vida privada, las costumbres, el arte, el pensamiento, las mentalidades y tantos otros temas que conforman la vida entera. La Historia entera.
A través de esta colección, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos constribuye a acrecentar y difundir el patrimonio cultural de la nación, cumpliendo así con la obligación moral contraída con la cultura del país.
En 2004, 6070 exmilitares y carabineros solicitaron que se reconociera su despido por motivos políticos; 1319 lo obtuvieron, lo que representa un 7,52% y un 1,64% del total. Estas cifras muestran que hubo un número significativo de uniformados en desacuerdo con el golpe de Estado y con las atrocidades perpetradas por sus instituciones.
Esta visión es presentada en las 55 entrevistas que incluye este volumen. Fueron efectuadas en el marco de una investigación sobre el movimiento de la marinería opuesto al golpe de Estado de 1973, publicada como Los que dijeron “No”. Historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973 (2008). Restituye la historia de los militares antigolpistas, particularmente de marinos, así como la de militantes, abogados y oficiales relacionados con ellos, dos de estos últimos favorables al golpe.
Estos testimonios, además de reconstituir el movimiento antigolpista, describen la vida en la Marina a principios de la década de 1970, abordando aspectos como la disciplina, castigos, promociones, la memoria de los conflictos sociales anteriores, la repartición de opiniones políticas e interesantes reflexiones sobre la democratización de la institución, entre otras.
Testimonios de militares opuestos al golpe de Estado de 1973, de sus contactos y de sus abogados
Introducción
Este volumen pone a disposición de los estudiosos 55 entrevistas efectuadas en el marco de una investigación sobre el movimiento de la marinería opuesto al golpe de Estado de 1973, y dos anexos relacionados con la temática, que alimentaron, entre otras fuentes, la tesis doctoral “ Ceux qui on dit ‘Non’ Histoire du mouvement des marins chiliens opposés au coup d’État de 1973” defendida en la Université Libre de Bruxelles, en 2007 (consultable en línea), y publicada en Chile como “ Los que dijeron ‘No’. Historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973”, LOM, 2008.
Los años 1972 y 1973, en gran parte de los buques, escuelas y bases de la Armada de Chile, muchos marinos perciben signos inquietantes que indican un golpe de Estado en gestación. Resuelven organizarse, primero para transmitir estas informaciones a las autoridades de Gobierno, y luego, sabiendo que se verán obligados a participar en él, reflexionan sobre cómo enfrentarlo. Paradójicamente, la defensa de la legalidad republicana amenazada es considerada “subversiva” por los mandos navales. Lo que impone el secreto. Por este motivo la vida de estos grupos casi no deja trazas escritas, a parte de las informaciones que figuran en los procesos abiertos por la Fiscalía Naval, una fuente necesaria pero dudosa ya que contiene numerosas “confesiones” arrancadas bajo tortura. Es por eso que el trabajo de restitución de este proceso histórico requiere, sin duda más que otros, indagar en la memoria de sus protagonistas.
La recopilación de testimonios se inicia casi tres décadas después del golpe de Estado, en un momento particularmente interesante para la Historia. Bajo dictadura tal gestión resultaba impensable ya que podía exponerlos. Incluso a principios de la “Transición” iniciada en 1990, buena parte de los militares opositores al golpe opta aún por un prudente silencio sabiendo que el Ejército sigue bajo las órdenes del ex dictador. Pero su arresto en Londres en 1998-2000, durante 502 días, modifica profundamente la situación. La desacralización del símbolo de la dictadura contribuye a desvanecer silencios temerosos para abrir un interesante encuentro entre un país y su Historia. Prácticamente todos los chilenos reflexionan sobre su historia reciente, aunque sea un instante. A partir de entonces la mayoría de los militares antigolpistas osan, incluso desean, testimoniar ante una sociedad interesada en escucharlos.
El período 2000-2005 fue sin duda un momento privilegiado para reconstituir esta historia. La mayor parte de sus actores se siente liberadas (o casi) de los temores de antaño y dispuesta a liberar sus verdades largo tiempo silenciadas.
Entre 2000 y 2005, 55 entrevistados (salvo uno entrevistado en 1986) aceptaron dar a conocer sus valiosos recuerdos, conocimientos y vivencias: 27 marinos; 4 marinos de “filiación azul”, operarios de los astilleros navales; 3 oficiales de la Armada y un general de la Aviación; 3 abogados de los marinos y un fiscal naval encargado de la acusación de “sedición y motín”; 14 militantes relacionados con los militares antigolpistas y un embajador. Se publica además, como anexo, una conferencia inédita dada por el cabo Manuel Astica en 1982, uno de los dirigentes de la sublevación en la escuadra en septiembre 1931 y una entrevista a un marino portugués que participó en la revuelta de 1936 (en portugués).
Los 31 marinos entrevistados ostentaban en 1973 el grado militar de marinero o cabo y uno de ellos sargento, lo que significa que en este volumen toman la palabra sobre todo hombres de la tropa. Todos fueron defensores del Gobierno de Salvador Allende y opositores al golpe de 1973. Sin embargo nos pareció pertinente incorporar la “otra” visión especialmente cuando se trata de personas directamente relacionadas con el caso. Agradecemos las entrevistas que nos acordaron el capitán de navío Hernán Julio y el fiscal capitán de corbeta (J) Víctor Villegas.
Después de la publicación de Los que dijeron ‘No’ en 2008, pudimos entrevistar al teniente de la Infantería de Marina Horacio Larraín, mencionado en el libro, quien fue excluido de la Armada a causa de sus posturas legalistas por orden expresa de la Junta de Gobierno, firmada por Augusto Pinochet. Y descubrimos otro grupo de marinos antigolpistas que se organiza después del golpe, impresionados por las atrocidades de las que fueron testigos. Su vida es narrada en la entrevista al marinero (FAZ) Aurelio González. Estos dos testimonios no han sido utilizados por ningún investigador hasta la fecha.
Estas entrevistas permiten descubrir la gestación del movimiento de los marinos antigolpistas. Pero contienen también ricas informaciones sobre la vida en la Armada a principios de los años 1970, más allá de las versiones oficiales. Abordan varios aspectos de la vida de los marinos, como la disciplina, los castigos, las promociones, las posibilidades de proseguir estudios, los regímenes alimenticios diferenciados, y los conflictos sociales latentes. Y aspectos más íntimos como las lecturas, la visión sobre la repartición de opiniones políticas en la Armada, la memoria de los conflictos sociales anteriores y, por último, interesantes reflexiones sobre la democratización de la Marina.
Las entrevistas duran entre una y cuatro horas; dos en promedio. Casi todas se efectuaron frente a frente, salvo la de Luis Ayala que se hizo en presencia de Teodosio Cifuentes y durante la segunda parte de la entrevista a Antonio Ruiz, estuvo presente el marino René Rojas. Se aprovechó la ocasión para entrevistar a ambos.
Es pertinente recordar que una entrevista refleja la visión que el entrevistado proyecta sobre el pasado, visión que ha atravesado procesos mentales selectivos en los que intervienen olvidos, confusiones, deformaciones, y otras huellas del paso del tiempo. Los entrevistados suelen tener la tendencia –comprensible– a ampliar su rol en los procesos estudiados; a veces confunden, de buena fe, sus recuerdos directos con situaciones que les fueron relatadas por otros; y manifiestan la tendencia, también de buena fe, a destacar los elementos que confortan su visión actual de las cosas. El trabajo de restitución de los hechos históricos implica someter las entrevistas a una rigurosa crítica histórica, comparándolas entre sí y con otras fuentes.
La estructura de la mayor parte de estas entrevistas corresponde a una pauta. Después de la identificación del entrevistado, se le pide un resumen de su historia en la Marina. Luego se aborda la vida en la Marina, su memoria de las revueltas anteriores, las expectativas que tenía del Gobierno de Allende, los signos de conspiración que pudo percibir, su adhesión al grupo antigolpista, el funcionamiento de éste, los planes de acción, los contactos con dirigentes políticos, el arresto, las torturas, el proceso, eventualmente el exilio, y finalmente un balance retrospectivo. Durante la entrevista consultamos a menudo una agenda de 1973 para ayudar a situar los acontecimientos en el tiempo.
Cada entrevistado es presentado en un párrafo inicial indicando su trayectoria y su posición en la Marina o en la política chilena en 1973. Lo mantuvimos como fue redactado en el momento de la transcripción de las entrevistas, entre 2005 y 2007. Hasta donde sabemos, cuatro de los marinos ya no están entre nosotros: Patricio Barriohlet, Teodosio Cifuentes, Henry Gómez y Antonio Ruiz. Igual que cuatro abogados que los defendieron: Emilio Contardo, Graciela Kischinevzky, Olga Morris y Marcos Portnoy. Y uno de los militantes: Mario Caballero. Particularmente en estos casos sus testimonios son parte de su legado a las nuevas generaciones.
Joge Magasich Airola, septiembre 2018