José Triviño, uno de los suboficiales más antiguos y conocido por su oposición al golpe, había sido mutado a Santiago para apartarlo de la tropa. El 11 de septiembre consigue llegar hasta su unidad donde el segundo comandante le ordena volver a su casa. De regreso enciende el receptor con la esperanza de captar alguna instrucción del gobierno; su hijo, estudiante de la Universidad de Chile, está en la facultad con otros estudiantes de izquierda. De noche irrumpe en su casa un pelotón de ocho carabineros, detiene al suboficial Triviño y lo conduce a la Escuela de Suboficiales. Al día siguiente vienen a buscarlo cuatro miembros de Inteligencia naval, un teniente Osses y tres sargentos (Aliaga, técnico electrónico; Villarroel, enfermero; y un telegrafista), quienes lo llevan al séptimo piso del Ministerio de Defensa. Allí le cortan los galones con un yatagán, gritándole que es un infiltrado vinculado a los cubanos, lo amarran a un sillón y comienzan a torturarlo dándole golpes de electricidad. Efectivamente su hija había ganado una beca y había estudiado medicina en Cuba. En la tarde lo llevan por avión a El Belloto, donde lo colocan en un lugar al aire libre donde hay unos 40 prisioneros. Echan andar las turbinas de un avión para enfriarlos y continúa la tortura.
Triviño es trasladado al Silva Palma incomunicado, donde responde: “No voy a negar que estuve con la Constitución y se lo he manifestado a todos los comandantes”. El 4 de octubre lo llevan al barco prisión Boca Maule, donde, entre los prisioneros hay médicos, profesores, personas inválidas, dos sacerdotes, así como algunos argentinos y brasileños. En las diferentes sesiones de torturas, las víctimas reconocen entre los torturadores a miembros de Patria y Libertad que portan uniforme de la Armada.
Hacia la Navidad, Triviño es trasladado a la cárcel de Valparaíso, donde se encuentra con los otros marinos prisioneros. Sólo en enero de 1974, al cabo de más de tres meses de prisión y malos tratos, sale en libertad sin que nunca se le acuse de nada.
Años más tarde, el suboficial Triviño decide asistir a una ceremonia de antiguos de la Armada, “para demostrarles que aún estaba vivo”. Ahí se encuentra con el sargento Aliaga, uno de sus torturadores. “Lo miré muy fijamente…él sólo agachó la cabeza”. Fajardo, 2000, 190- 192.
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 284 )
La detención de Patricio Barroilhet, Q.E.P.D,† 30 de junio 2010.*
Patricio Barroilhet
Patricio Barroilhet había desertado en julio de 1973 (del crucero Prat) y es detenido el 4 de septiembre en Valparaíso, por Investigaciones. Lo condenan a tres meses por deserción. Cuando sale, sólo permanece un día en libertad: lo detienen una segunda vez, ahora por la causa 3926. Luego de ser interrogado y torturado durante cinco semanas por los esbirros del teniente Benavides, lo dejan en libertad.
Para esquivar los servicios de la Marina, va a estudiar matemáticas en la Universidad Técnica de Santiago. Pero la mudanza le sirve poco: a principios del año 1974 es detenido por tercera vez, llevado al Silva Palma, interrogado, maltratado y nuevamente dejado en libertad…hasta 1976, cuando comete el error de ir a la Escuela de Ingeniería a pedir un certificado de los ramos aprobados. Allí es detenido por cuarta vez y el ex-comandante Lautaro Sazo lo presiona para que se transforme en indicador (Lautaro Sazo había sido excluído de la Marina en 1971 por sedición, pero después del golpe fue reintegrado y trabaja para los servicios secretos). Cuando es puesto en libertad, Barroilhet parte rápidamente de Chile. (Barroilhet, 2002)
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 286 )
Ex marinero constitucionalista apresado en Santiago
CHILENO CANADIENSE APRESADO EN AEROPUERTO DE SANTIAGO
El ciudadano chileno canadiense Patricio Alejandro Barroilhet Santibáñez (RUT 5.785.072) ex marinero 1º, constitucionalista, de la Armada de Chile, fue impedido por agentes de investigaciones de Chile de retornar a Canadá
Por Mario H. Concha Vergara, Corresponsal
EL MAPOCHO, martes 10 de marzo de 2009
Santiago de Chile.- El ciudadano chileno canadiense Patricio Alejandro Barroilhet Santibáñez (RUT 5.785.072) ex marinero 1º, constitucionalista, de la Armada de Chile, fue impedido por agentes de investigaciones de Chile de retornar a Canadá, donde aún permanece como refugiado político de la dictadura fascista de Pinochet Ugarte, desde el año 1979 (30 años).
Barroilhet, debido a esa situación estuvo a punto de morir en el aeropuerto Arturo Benítez debido a su condición de salud y extrema tensión a la que fue sometido por sus captores, sin una orden emanada de tribunal alguno, sino por el sólo hecho de que su estadía, de acuerdo a su pasaporte Canadiense se había vencido. La policía, no consideró para nada su calidad de ciudadano chileno con carnet de identidad y pasaporte de Chile. Barroilhet informó en reiteradas ocasiones a sus captores que requería usar su máquina de diálisis peritoneal y tomar otras medicinas que le permiten la sobrevivencia, a lo que se opusieron sus ilegales captores de la Policía de Investigaciones del aeropuerto.
Barroilhet había ingresado a Santiago por el aeropuerto internacional el 30 de noviembre de 2008, en extremas condiciones de salud, trasladando consigo una gran cantidad de medicinas y una delicada máquina de diálisis peritoneal que le permiten sobrevivir después de dializarse por 10 horas cada día. Cuatro funcionarios de la Policía de Investigaciones (Internacional) de Chile, le infligieron a Barroilhet un trato inhumano, humillante e inflexible, según nos relató a El Mapocho.
“Requerí asistencia por mi condición de enfermedad irreversible, además soy una persona prácticamente deshabilitada. Se me manifestó que eso era un problema personal mío y que yo mismo debía resolver las dificultades de tratamiento médico, alojamiento y permanencia en el país, cuando se los solicité”, pues obviamente el señor Barroilhet fue impedido de viajar pues estaba en calidad de detenido. Barroilhet viajó a Chile para resolver su situación previsional que a la fecha, después de una espera de 35 años sigue “a la espera de una resolución a una situación que se ha prolongado en el tiempo” y que los 17 años de democracia se han negado a solucionar pues para la Armada de Chile Barroilhet es aún un marinero alzado por defender la constitucionalidad de Salvador Allende junto a otros cientos de compañeros que están en la misma situación. Estos marineros y algunos civiles constitucionalistas que trabajaban para las FF.AA., han sido considerados a partir de 1973 como sediciosos y se les han conculcado todos sus derechos civiles y militares; la “democracia” les ha otorgado “el pago de Chile” y se han desentendido completamente de la situación de estos demócratas.
Hay que recordar que los marineros constitucionalistas de 1973 no solamente honraron el Juramento a la Bandera, sino que defendieron al gobierno popular de Salvador Allende Gossens y respetaron la Constitución de 1925. Por esto, fueron torturados por la Marina, procesados en forma indebida, encarcelados y mantenidos en el ostracismo político, social y económico y aún, en pleno marzo de 2009 son considerados “traidores a la Patria”, delincuentes políticos y sediciosos ultraizquierdistas que infiltraron la Armada de Chile. Al ministro de Defensa Goñi, miembro del PPD, como a la misma presidenta Michelle Bachelet Jeria cuando era ministra de defensa, se les ha pedido hacer justicia en el caso de estos servidores públicos y han ignorado sus pedidos. Barroilhet, tuvo que recurrir en un Habeas Corpus ante la Corte de Apelaciones de Santiago para poder salir de Chile, encontrándose en Santiago hasta el día de hoy. La Embajada de Canadá tuvo que intervenir en este atropello a su súbdito y solo así las autoridades chilenas han dado el pase a la salida del país de este ciudadano.
A todo esto, aún no se sabe si los funcionarios policiales que arrestaron inconstitucionalmente al ciudadano chilenos-canadiense Barroilhet, serán castigados. Ellos son: el Inspector Patricio Pérez, el Jefe de Policía Mario Walter, el Subcomisario Juan Delgado y el Jefe de Turno de Noche Marcos Cabrera Oviedo, todos denunciados ante la Corte de Apelaciones de Santiago, ante la Contraloría General de la República, ante el Ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma y ante los organismos de Derechos Humanos como la Comisión de DD.HH. del PPD que también actuó en defensa de Barroilhet.
Este caso ha causado un gran revuelo entre los miembros de las organizaciones de DD.HH. del país y sin embargo, los partidos políticos de la Concertación, el PC, y la izquierda extraparlamentaria en general han optado por no opinar al respecto. En Chile existe una verdadera sociedad de cómplices que siguen aceptando la prepotencia fascista pinochetista y casos como este, seguramente, se seguirán repitiendo.
Contingente.
Patricio falleció el dia 30 de junio 2010 en la posta central de Santiago. Dos dias antes Hugo Maldonado lo condujo a ese hospital, pues se sentia muy mal. Hugo entregó dos bolsas para dialisis las que fueron devueltas a sus familiares intactas y selladas A ratos se hacia presente la señora C. Echeverria en la sala del pato, segun Hugo, ella muy nerviosa y preocupada no tanto por la salud de pato???.
La fecha de exoneracion politica de pato y yo de la marina es el 30 de junio de 1976.
Sus restos fueron incinerados prontamente y lanzados al mar en caleta portales en Valpo.
Yo conservo una porción se sus restos en un frasco aqui en mi hogar junto con una caña de pescar con la que habia estado pescando dias antes en el muelle de la caleta portales. Se habia ido a ese lugar porque nesecitaba descansar pues ya se sentia mal. Luego de eso se fue a Santiago a donde Hugo en calle Ahumada 90.
El pato contaba con solo el 27 % de riñon bueno. Anteriormente habia sido detenido en el aeropuerto de Pudahuel, con esto se complico su salud.
Espero lanzar sus restos mortales al mar en Talcahuano, mi sueño es en la isla Quiriquina lugar en que nos convertimosen marinos honestos.
Atte. chester Rodriguez M.
Familiares de Patricio Barroilhet en el momento de esparcir sus cenizas en las aguas costeras de la bahía en Valparaíso en la Caleta PortalesPresente en esta ceremonia el marinero Edgardo Rodríguez, su colega del crucero Prat
Despedida a un Marino de pueblo
de Carlos Alvarado
1/7/10
Mis mas profundas condolencias para la hija y familia de Patricio.
Para Patricio Barroilhet….. de un marino del 73
“Si el hombre llega a su entera perfección, es el primero de los animales, es el último cuando vive sin leyes y sin justicia. Nada más monstruoso, en efecto, que la injusticia impuesta por el poder de las armas”. Aristóteles
Patricio: “Estuvistes dentro de los primeros”….pero tambien sufriste “la injusticia impuesta por el poder de las armas”.
Te opusistes a la conspiracion de aquellos que violaron la constitucion, sabiendo que con ello arriesgabas la vida…ellos lo tenian todo!!!….tu solo tenias el corazon, las ideas, el valor y el coraje de la Marineria!!!…. con dignidad enfrentastes la inclemencia de la mas brutal y despiadada de las represiones que a conocido la republica..
Fuistes hijo de la rebeldia…..pero tambien fuistes hermano de la misma causa ….sobrevivistes la pesadilla en la noche mas larga y obscura de nuestra historia…. y como muchos de nosotros, renacistes de las cenisas como el ave Fenix.
Viviste y luchastes por las ideas mas elevadas del siglo 20…..las ideas de una sociedad nueva!!!…..de un mundo mejor!!!….de una Marina mas justa y sin tanta diferencia social!!!
Cientos de marinos fueron secuestrados y varios civiles arrestados, pero tu estuvistes dentro de los 83 escogidos, fuistes leal a tu clase, vivistes con la frente en alto y llevastes en tus ojos la mirada del marino noble, de ese marino que se siente orgulloso ante su familia y ante todo el mundo por lo que izo……eres simbolo de lucha para todas las generaciones de Marinos, que siguen emulando y admirando lo que hicimos!!!….pasastes a ser parte de la historia!!!
Muchos Oficiales y gente de mar han pasado y pasaran por la Marina, sus nombres seran olvidados!!!….pero tu nombre y el nuestro seran recordados por generaciones venideras!!!….desde hace casi cuarenta años casi todos nos conocen en la Marina, porque nuestros nombres Y fotos estan en todas las reparticiones de la Armada!!!….no es para menos, tu y nosotros somos parte de de las paginas bellas de la historia!!!
Cuando te fuiste a la dimension del sueño eterno, donde el sueño se desvanece en la nada….dejastes ante los ojos de tu familia y de aquellos que te conocieron la imagen de un Marino que lucho contra la injusticia y la adversidad, de un hombre que creyo en un mundo mas justo y mejor …..nosotros te recordaremos como un hermano del mar!!!… el pueblo te reconoce como uno de sus hijos y te recordara tambien como uno de los marino del pueblo!!!
Que en tu viaje a la eternidad, la manta de la paz , el descanso y la tranquilidad te cubran siempre!!!
De todas partes del mundo, los marinos del 73…. Te saludamos!!!
El ex marino Luis Aguirre había tomado también la iniciativa, quizá temeraria, de ir a visitar a sus compañeros encarcelados, todos ellos miembros de su antiguo grupo en le escuela de Operaciones. Como le informan que su nombre no ha sido mencionado, continúa militando en el MIR hasta 1974, cuando es detenido Moraga, el profesor de la escuela que lo conoce. Aguirre aplica disciplinadamente las reglas de Seguridad: desconectarse y “sumergirse”; o sea dejar de frecuentar las personas y lugares habituales. Como pasan dos meses sin que nada suceda, regresa a su casa, sobreviviendo de trabajos ocasionales como profesor en una escuela. De vez en cuando algún mirista le lleva informaciones; “Yo no tenía ninguna relación con el MIR, más bien ellos tenían relación conmigo”.
Así vive Luis Aguirre hasta principios de 1975, momento en que llegan a detenerlo al día siguiente de la detención de Carlos Díaz (Agustín). Por las preguntas, Aguirre se da cuenta de que lo han vigilado constantemente para llegar hasta Agustín. En los interrogatorios sólo le preguntan por el antiguo grupo de la Escuela de Operaciones. Aunque permanece preso “como 15 ó 16 meses” y es sometido a torturas, considera que “fue leve mi tortura comparada a otra gente”. Nunca se le acusará de nada oficialmente, ni será llevado a consejo de guerra ni condenado, y hasta hoy no sabe cuál es su situación jurídica.
Durante su detención, Aguirre introduce mensualmente una solicitud de libertad bajo fianza. sabe que no la obtendrá, pero el trámite le permite romper la monotonía del encierro dando un “paseo” entre la cárcel y la Fiscalía Naval. Sin embargo, durante la visita a Chile de una comisión de un organismo internacional, le conceden la libertad provisional. Pero mientras el ayudante del fiscal Patricio Schiavetti prepara el documento que le permite salir con la obligación de presentarse a firmar una vez por semana, irrumpe otro agente gritando escandalizado, lo pone contra la pared y lo amenaza: tiene que irse del país.
En junio de 1975 consigue visa para los EE.UU., pero se resiste a partir. Un día de diciembre de 1975, cuando se presenta a firmar, Aguirre es nuevamente arrinconado en la Fiscalía, donde lo golpean y lo amenazan con cárcel: “sabemos que tenís visa, no te hai ido ¿qué es lo que estai haciendo?”. En su caso no hubo ni decreto de expulsión ni conmutación de penas, sólo amenazas. Finalmente, en enero de 1976, Aguirre parte a los Estados Unidos. ( [E] Aguirre, 2000 ).
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 285 – 286 )
Grado al momento de mi detención: Mr. 1º Eletricista (IC)
Unidad a la que pertenecía al momento de mi detención: Patrullero Papudo.
Nombre del Comandante de la Unidad a la que pertenecía: Jorge Martínez Busch QEPD.
Fecha, Lugar y Hora app. de detención: 21/08/1973, a bordo de La Papudo, 10Hrs. de la mañana.
Causas y Cargos de la detención:
Causa rol 3926/73 Resolucion Nº 07994.
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Un Breve Relato de mi Prisión en el Silva Palma.
Mi vida cambió para siempre la mañana del 21 de agosto de 1973. Estaba en Servicio en el Patrullero Papudo que se encontraba atracado al Molo de abrigo en Valparaíso, mas o menos a las 10 hrs de la mañana fui llamado para me presentara ante el comandante del Buque, Capitán Jorge Martinez Busch, al entrar al Camarote , el comandante me comunicó que estaba arrestado y sabían todo de mi persona , comenzó preguntándome si conocía al Senador Altamirano, Miguel Enríquez , Diputado Oscar Garreton, que nombrara amigos que sabían del plan zeta, si conocía al sargento Cárdenas….etc etc…..que era mejor contar la verdad y todo, si no sería peor para mi, mucha presión psicológica y amenaza, si fuí para Santiago a alguna reunión de políticos etc etc, después de un exhaustivo interrogatorio fui mandado para las siniestras celdas del Cuartel Silva Palma, en la salida del camarote me estaban esperando 4 agentes, todos caraspintadas, altos magros y armados de ametralladoras me condujeron en una camioneta color plomo, me agarraron de los brazos y me condujeron para fuera del navío, antes de entrar a la camioneta uno de los agentes me dio un golpe fuerte en el estómago, no conseguí ver si eran de alguna institución, estaba muy asustado.
Llegando a la cárcel Silva Palma me retiraron todos mis pertenencias; como cinturón, cordones de zapato, dinero documentos, etc etc todo bajo instrucción del comandante del Silva Palma con mas de dos soldados en una sala, para después conducirme para la celda, los militares todos con uniformes de combate sin distintivos, me pareció que las celdas del Silva Palma estaban subterráneas, en el calabozo que estuve era muy estrecho tenia una sola cama en pésimas condiciones, sin luz, muy helado, sin ventanas, solo una pequeña abertura en la puerta de fierro, un gran pasillo, al final estaban los sanitarios …..el colchón estaba en pésimas condiciones y pasaba mucho frio principalmente los pies yo tengo presión baja entonces era un martirio, también me dolía mucho mi columna vertebral, yo no se si fueron 6 dias o más, nunca supe, estaba muy oscuro y perdí la noción del tiempo, no conseguía dormir, ya que pensaba mucho en mi familia, ellos no sabían que estaba preso…..me sacaban como a las cuatro o cinco hrs de la mañana con la disculpa que tenia que ir al baño, generalmente tenia que ser muy rápido. Después de 6 días o mas incomunicado me sacaron para prestar declaración ante el fiscal militar, donde me interrogaron, muchas preguntas y tortura psicológica, pero al final quede en libre platica…Todos esos años sufrí mucho con la nostalgia de mi familia también se deterioro mi vinculo afectivo y social con mi familia, incluso mi padre falleció sin poder estar cerca de él, murió preguntando por mi……
Emigré para Brasil el año 1978 y desde esa fecha estoy viviendo en Brasil por razones políticas y económicas , daños sufridos y trastornos provocados por el golpe militar y el cierre de las puertas laborales.
Mi exoneración de la Armada de Chile el año 1973 tubo en mi opinión implicancias políticas es decir enmarcadas dentro de un proceso de destabilizacion política en contra del gobierno democrático por partes de las distintas fuerzas reaccionarias externas e internas quienes trataban de detener el desarrollo /avance del proceso del Presidente Salvador Allende, proceso que tubo una serie de variantes que incluyeron entre otras conspiraciones dentro y fuera de los Cuarteles, sabotajes, boicots políticos y económicos, asesinatos políticos etc en donde la oficialidad naval tubo una relevante participación y una fuerte y firme actitud de desacato y desprecio por el Presidente y su Gobierno.
La detención fue con violencia, siendo testigos de esto el personal de guardia del Papudo.
Identificación del Lugar y del personal del Interrogatorio: Cuatel Silva Palma
Tiempo de incomunicación: alrededor de 10 dias
El Golpe de estado me sorprende estando preso en el Cuartel Silva Palma.
Me tocó compartir prisión en el Silva Palma con los compañeros; marinero EL IC. Roberto Ivan Fuentes Fuentes, cabo Teodosio Cifuentes Rebolledo, cabo EL IC Pedro Blaset etc.
Quedo en libertad el 25 de octubre 1973 y el 1° der Noviembre me dieron de baja de la Institución.
Extracto sobre el Silva Palma, del Libro Auto Biográfico que escribiera el marinero Jaime Espinoza, ” El Deseo de Vivir “, año 2003
Jaime Espinoza
Estuve unos meses, en la Escuela de Ingeniería, en la cual perdí el incentivo, al enterarme que mi futuro sería permanecer constantemente bajo cubierta; por esa razón decidí pedir el traslado al Centro de Telecomunicaciones Quinta Normal en Santiago, para posteriormente regresar a estudiar electricidad.
En mi permanencia en esta base había una difusión de panfletos subversivos y otros de apoyo al gobierno, los cuales circulaban entre su personal, clandestinamente. Llegaron a mis oídos muchos rumores sobre un posible golpe de estado y era factible una posible guerra civil; yo escuchaba el descontento, el miedo y la curiosidad de saber qué iba a ocurrir, pero nadie se atrevía a decir o sugerir alguna manifestación.
Se empezó a crear en mí una gran preocupación, la idea de que algún día llegara la orden de disparar y matar a otro chileno me atormentaba, algunas veces pensando me decía a mí mismo, yo no puedo hacerlo he sido entrenado para proteger mi gente y sin pensarlo, daría mi vida por mi patria.
Durante este tiempo la preocupación y los rumores de un golpe de estado, continuaban; empecé a planear una posible reunión donde todos pudiéramos hablar de nuestras inquietudes ya que nosotros éramos soldados chilenos, servidores de la patria y nuestra opinión también debía tener un valor; opté por preguntarle a toda persona que me encontraba en la base, si les gustaría asistir a una reunión para discutir sobre la situación actual del país; la gran mayoría me contesto que sí , por lo tanto decidí y les comuniqué que la fecha sería el 2 de julio a las seis de la tarde, en la cafetería de la base.
Al comenzar la reunión, me extrañó ver un suboficial, dos sargentos, cabos y marineros; todos teníamos la curiosidad de qué iba a ocurrir y cuál sería nuestra posición, además querían saber que se podía hacer; al comenzar la reunión, todo era un completo desorden éramos cerca de treinta personas hablando todos al mismo tiempo en pequeños grupos; no había quien la dirigiera; decidí tomar papel y lápiz, me subí a una mesa y tomé la palabra diciendo: “Su atención por favor, estamos todos reunidos por una misma razón, no sabemos si se aproxima un golpe de estado y cuál va a ser nuestro proceder, si vamos a obedecer las órdenes o vamos a tratar de evitar una matanza entre chilenos”.
Se oyeron varias opiniones uno de ellos sugirió cercar la base y no permitir que nadie entrara o saliera; otro opinó llamar a la prensa para informarles sobre nuestra posición; otro sugirió que se realizara una guía de planteamiento, otro gritó traigamos al almirante Cabezas para informarle de nuestra posición. La reunión fue un completo desorden, ya que todo el mundo quería hablar al mismo tiempo y opinar, pero nadie quería escuchar; así fue como terminó, sin haber llegado a ningún acuerdo, pero se aprobó realizar otra reunión.
A la una de la madrugada del día siguiente, 3 de julio de 1973, me encontraba durmiendo en mi cama cuando cuatro soldados me despertaron alumbrándome en la cara con dos potentes luces, encañonándome sentía lo helado de dos cañones de pistolas, una a cada lado de la frente de mi cabeza, me gritaron, ¡ no te muevas!, si te mueves, te volamos los sesos; después de quitarme las cobijas que cubrían mi cuerpo para ver que estaba desarmado, me ordenaron que me levantara lentamente y que colocara las manos sobre mi cabeza, de dos tirones me quitaron la camisa y el pantalón de la pijama, me dejaron ,con mis calzoncillos luego me esposaron me pusieron una capucha en mi cabeza y me llevaron a una sala a donde me sentaron, Allí me quitaron la capucha y me dirigieron un potente foco de luz a mi cara, que me enceguecía y me impedía ver sus rostros, y lo que había a mi alrededor; yo tiritaba del susto y del frío, era la primera vez en mi vida que me encontraba en una situación como ésta.
Inmediatamente comenzó el interrogatorio:
INTERROGADOR: ¿Cómo te llamas?.
JAIME: Marinero segundo, Jaime Espinoza.
INTERROGADOR: ¿Sabes por qué te trajeron a esta sala? .
JAIME: No, no sé.
INTERROGADOR: Ayer tú asististe a una reunión.
JAIME: Si, Señor.
INTERROGADOR: Fue una reunión subversiva.
JAIME: Sí, estuve en la reunión, pero no era subversiva.
INTERROGADOR: Entonces, ¿ qué objetivo tenía?.
JAIME: La verdad, es que estamos todos medio asustados por una posible guerra civil.
INTERROGADOR: ¿Quiénes estaban en la reunión?.
JAIME: Personal de la base.
INTERROGADOR: Dime los nombres de los que asistieron a la reunión
JAIME: Fue un grupo de personas, algunos de ellos nunca los había visto.
INTERROGADOR: Necesito nombres, dame todos los nombres de las personas que asistieron.
JAIME: (Yo no quería comprometer a nadie y me quedé en silencio pensando). De pronto recibo un golpe que era un rodillazo al costado derecho que me hizo caer del asiento. En el piso me dieron un culatazo en mi espalda y dos patadas, e inmediatamente me agarraron y me sentaron de nuevo en la silla.
INTERROGADOR: No tengo ningún problema en refrescarte la memoria.
Nuevamente, dame los nombres
JAIME: Con voz entrecortada respondí. Estaba el marinero Pérez, el marinero González y parte del personal.
INTERROGADOR: ¿Quiénes son tus contactos aquí y fuera de la base?.
JAIME: No conozco ni he recibido órdenes de nadie.
INTERROGADOR: Nuevamente y por última vez, quiero que me digas, ¿Quién citó y dirigió la reunión?.
JAIME: Yo cité a la reunión, pero nadie la dirigió.
INTERROGADOR: He interrogado a varios y todos me dijeron que tú eras el que dirigió la reunión.
JAIME: Ya le dije y no voy a inventar nombres. (Inmediatamente recibí en la cabeza sobre la oreja derecha el impacto de un culatazo, seguido de una serie de culatazos y patadas, por todo mi cuerpo; sentí algo caliente que me corría por el cuello; era la sangre que salía de la herida en mi cabeza).
INTERROGADOR: ¿Has tenido reuniones con políticos ?, ¿ Conoces a Carlos Altamirano ? (secretario general del Partido Socialista)?.
JAIME: No, no conozco a nadie ni nunca he tenido ninguna afiliación política, ni he pertenecido a ningún partido.
INTERROGADOR: ¿Pero, por qué ellos dicen que te conocen?.
JAIME: No sé porque lo dicen, yo no conozco a nadie. Mi única intención es evitar una matanza entre chilenos y una posible guerra civil.
INTERROGADOR: Tú, como soldado, no estás supuesto a pensar, sino a obedecer las órdenes de los superiores.
El interrogatorio duró toda la noche hasta la madrugada, con intervalos de 5 a 10 minutos, los que terminaban arrojándome un balde de agua fría, para continuar con el interrogatorio.
Al terminar, me pasaron el pantalón y la camisa, una vez vestido, me pusieron la capucha, me agarraron de ambos brazos entre las axilas y me metieron a un camión, cerrado lo deduje por el sonido de las puertas sin saber yo a dónde me llevaban
Por mi mente comenzaron a pasar una serie de temores y preguntas sin respuestas. Estaba atemorizado por mis pensamientos. ¿Cuál sería mi destino?; ¿a dónde me llevarían?; ¿cuánto tiempo duraría mi detención?; ¿saldría vivo del sitio al que me llevaban ?; ¿ qué delito había yo cometido para ser tratado como un criminal?. Durante todo el tiempo que duró el viaje fue una constante tortura psicológica.
El viernes 10, después de la formación matinal en el destructor Cochrane, la guardia comunica al marino Carvajal que debe ir al crucero Prat. En la lancha lo acompaña un oficial de abastecimiento que no le dirige la palabra. El marino toma alguna distancia y mantiene las manos en los bolsillos…”no me iba a tirar al agua o hacer alguna cosa dramática; no había nada que hacer realmente” piensa, y se responde a sí mismo que aún rige el estado de derecho. En el crucero aparece el comandante de su buque y pregunta “¿quién es el que viene detenido del Cochrane?”, lo cual confirma su detención. Un capitán lo interroga sobre el movimiento de marinos que iban a tomarse los buques; el marino responde que ignora todo. El capitán insiste trocando el tono formal por otro marcado y termina amenazando: “Mira huevón, o me contai las cosas ahora o te mando donde los cosacos y ellos te van a hacer hablar”. Ocurre lo segundo; los infantes de marina lo llevan al cuartel Silva Palma, incomunicado.
Oscar Carvajal es colocado en un cuarto donde ya están Alberto y Jaime Salazar, Pedro Lagos, Juan Cárdenas, Ernesto Zúñiga y otros que no conoce. Les está estrictamente prohibido hablar entre ellos…pero en la noche los ponen en un camión blindado donde consiguen intercambiar algunas palabras.
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 143 )
Ex marino: “es muy difícil creer” que Vergara nunca supo de torturas Oscar Carvajal Gallardo, confirmó que en su testimonio ante la Comisión sobre Tortura mencionó al actual almirante Miguel Ángel Vergara, por ser su jefe directo cuando fue desembarcado y llevado luego hasta una unidad en que se le aplicó tormentos por presunta sedición.
“Cuando nosotros volvimos de Talcahuano, nosotros denunciamos, apareció en mucha prensa, toda persona medianamente informada pudo enterarse de los marinos que estaban siendo torturados. Es ahí donde yo pienso que sí hay una responsabilidad. Un subalterno suyo está denunciando que fue torturado, alguna reacción debería haber habido de este jefe, ¿no?”, explicó el ex uniformado cuyo testimonio fue difundido ayer por una organización de exonerados de la Armada.“Es muy difícil creer que él nunca tuvo conocimiento” de la tortura, señaló esta mañana el ex marino primero, Oscar Carvajal Gallardo, refiriéndose al actual Comandante en jefe de la Armada, almirante Miguel Ángel Vergara, a quien mencionó ante la Comisión sobre Tortura y Prisión Política, como su jefe directo y quien ordenó su desembarco para entregarlo a otras unidades militares que terminaron aplicándole torturas.
En la declaración, Carvajal Gallardo afirma que el 10 de agosto de 1973 su jefe directo en el buque destructor Cochrane, recalado en Valparaíso, el entonces Teniente Primero, hoy máximo jefe de la Armada , Miguel Ángel Vergara, lo envió en comisión de servicio acompañado de un oficial.
En ese trámite fue interrogado por una supuesta participación en un complot para rebelarse a los oficiales que preparaban el golpe de Estado de septiembre. Luego, afirma, fue detenido, incomunicado y trasladado al cuartel Borgoño de Talcahuano en donde lo sometieron a sesiones de tortura, que le dejaron como secuelas auditivas por la rotura de sus tímpanos.
De acuerdo a la Armada, el ex marino fue desembarcado para prestar declaraciones en una causa instruida en un juzgado militar, por sedición, luego de lo cual quedó detenido en tierra, por lo que el actual almirante no habría tenido complicidad con las posteriores torturas que denuncia.
“Yo no estoy al tanto de qué documentación existía en ese momento, y qué información él (Vergara) tenía. Lo que yo puedo afirmar hoy día es que efectivamente yo fui desembarcado, pero a mí no se me informó en ese momento que hiba a prestar declaraciones a un tribunal. Yo me entero que estoy detenido cuando llego al otro buque en donde fui recibido por un comandante. Yo no creo que ese fuera el tribunal, dado que ese comandante, después de interrogarme me amenazó con enviarme a la Infantería de Marina ( …), donde (el oficial le dijo) ´sí tienen métodos para hacerte hablar”, respondió Carvajal en diálogo con radio Cooperativa desde Estocolmo, en Suecia, país en el que reside.
“Yo no apunto al almirante Vergara. En mi declaración yo lo nombro por ser mi jefe directo. Hasta qué punto él está involucrado o no, yo no lo puedo decir en este momento . Él era mi jefe directo, él me envió a otra repartición desde donde yo fui trasladado al cuartel Borgoño y fui torturado”, agregó
La Nación 2004
Ex marino nombró a almirante Vergara en su testimonio ante la Comisión Valech
Fuente: La Segunda Internet
El nombre del comandante en jefe de la Armada, Miguel Angel Vergara, aparecería consignado en el informe elaborado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura. Según el testimonio de un miembro de la coordinadora de exonerados de la Marina, fue la actual máxima autoridad de esa rama quien lo entregó a sus torturadores en agosto de 1973.El nombre del comandante en jefe de la Armada, Miguel Angel Vergara, aparecería consignado en el informe elaborado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura.
Santiago.- Aunque no pueden afirmar que el hoy comandante en jefe de la Armada supiera de las torturas, los exonerados de la Marina creen que podría haber preguntado por el destino de su subalterno, según informó Radio Cooperativa.
La entidad que representa a quienes fueron destituidos de la Armada tras el golpe de Estado informó que la comisión encabezada por monseñor Sergio Valech incluyó el testimonio de Oscar Héctor Carvajal Gallardo, quien actualmente reside en Estocolmo, Suecia. En su declaración afirmó que el entonces jefe del departamento de electrónica del destructor “Cochrane”, el teniente primero Miguel Angel Vergara Villalobos, lo envió en comisión de servicio ante los efectivos que lo torturaron.
El presidente de la coordinadora, Víctor López, quien entregó a la prensa un escrito con el testimonio de Carvajal, dijo que no podría aseverar que el actual almirante supiera el destino que tendría Gallardo al enviarlo en comisión de servicio, aunque podría haberse preguntado por su destino.
“Yo no puedo asegurar que él estaba en conocimiento de que cuando él lo mandó en comisión de servicio lo iban a torturar. No lo puedo aseverar. Pero si él tiene interés, puede preguntar: qué pasó con el marino que yo mandé en comisión de servicio”, señaló.
“Tiene elementos para conocer que efectivamente se torturó a sus subordinados en la instrucción. Y si no los tiene es muy fácil que pregunte qué pasó con mis marineros cuando yo lo mande en comisión de servicio en agosto de 1973”, agregó.
El caso Teodosio Cifuentes, (Q.E.P.D.† 23. febrero 2018) *
Teodosio Cifuentes
El cabo Cifuentes había sido seleccionado para ir a buscar la barcaza capitán Araya a la base estadounidense en la isla de Guam gracias a su calificación de distinguido. Ya tenía pasaporte y volaría el lunes 13. Pero ese viernes 10, durante la formación matinal en la Escuela de Submarinos, los oficiales informan que Cárdenas y otros “sediciosos” han sido detenidos y muy maltratados.
Poco después, irrumpe el oficial de división Albornoz, a cargo del grupo que irá a Guam, y pregunta: “¿Quién es el cabo Cifuentes? – Yo soy”, responde. El oficial lo mira con sorpresa y le pregunta si tiene su pasaporte listo. Cinco minutos después las perspectivas cambian radicalmente: llegan dos infantes de marina que lo llevan ante el segundo comandante, y en su presencia lo ponen contra la pared, lo golpean, le arrancan los grados y lo llevan incomunicado al cuartel Silva Palma. El lunes siguiente, su mujer, Rosalía Delgado, va a preguntar por él a la Escuela de Submarinos. Le mienten insinuándole que se había quedado de parranda en el puerto. Sólo tres dís más tarde, ante su insistencia, le informan que está detenido.
Cifuentes es trasladado a la Academia de Guerra donde, con las manos amarradas, lo hacen sentarse en una silla confortable. Poco después ingresa a la sala un grupo de carapintadas y uno grita: “Qué estay haciendo ahí, raja negra, sentado en esa silla, siéntate en el suelo” y le dan una lluvia de puntapiés. Luego entra otro que exclama “pero qué estay haciendo ahí sentado en el suelo cuando tenís una silla”, Así pasa el día entre silla, suelo y muchos puntapiés. En este caso la tortura fue brutal y psicológica – explica el cabo – incluyendo “ la vejación de quitarle los grados, de insultarte, de tratar de achicarte al máximo ”. Las preguntas se centran en los contactos con civiles, Altamirano, Enríquez, y Garretón. Días después será interrogado por benavides y Villegas. ([E] Cifuentes, 2000).
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 142 – 143 )
El grupo de la Escuela de Armamentos: Nelson Bravo y Ricardo Tobar*
Cabo Ricardo Tobar Toledo
En agosto de 1973, en su unidad del departamento de seguridad y señales de la Escuela de Armamentos, se entera impotente de la detención de sus compañeros. A su estado de tensión agudo se añade la suspensión de la autorización para asistir a cursos vespertinos. Siguiendo el consejo de un amigo, va al Hospital Naval y consigue un permiso médico hasta el 15 de Septiembre. Olvidando la prudencia, Tobar visita a los marinos detenidos en la cárcel, pero ellos mismos le piden que no vuelva: “les hice caso y no fui”. No obstante, se mantiene en contacto con militantes, al parecer del MAPU, que le ofrecen ayuda.
El 10 de septiembre, Ricardo Tobar se presenta a la Escuela con su colega Nelson Bravo, miembro del grupo. El primero, en permiso médico, va a cobrar su mes de agosto, y el segundo va a pedir su finiquito, ya que había presentado su renuncia a la Armada. Al día siguiente se dá el golpe de Estado y se anulan todos losm permisos. Hasta entonces las actividades antigolpistas de Bravo y Tobar han pasado inadvertidas, pero como no se presentan, su ausencia es considerada deserción.
El 13 de septiembre, hacia las 19:30 horas, un grupo de aviadores carapintados allana la casa de Nelson Bravo en Quintero, con extrema violencia, donde se encuentra también Ricardo Tobar. Un soldado lanza un golpe contra uno de los hijos de Bravo, un bebé en llanto. Tobar consigue interponerse y recibe el golpe en la cara. Con dificultad, explica que no está en su unidad porque está con permiso médico. Atados y vendados, los suben a un camión que se pone en marcha, deteniéndose en ocasiones para recoger prisioneros. Al final son tantos, que los que están abajo apenas respiran, soportando el peso de los otros.
A las dos de la mañana los dejan en la escuela de Operaciones, donde los desatan y les permiten ver.. Al poco tiempo son nuevamente vendados y amarrados para recibir “el nuevo martirio de golpes, no los puedo describir; culatazos, cachetadas en las orejas, qué sé yo”. Se los mantiene en cuclillas toda la noche, los llevan a un simulacro de fusilamiento, les entierran yataganes. Las heridas son cosidas horas después, sin anestesia. Pero lo peor – recuerda Tobar – es escuchar los gritos de mujeres que vienen de salas vecinas. Luego, el 17 de septiembre, Tobar es trasladado al cuartel Silva Palma, donde cesa la tortura física, pero continúan los chantajes sobre la familia.
Ricardo Tobar, acusado de deserción calificada, es juzgado por un consejo de guerra, donde lo descalifican, utilzan “documentos falsos”, dice. Los abogados tienen muy poco que hacer, pues las cosas estaban definidas por el fiscal naval. El día en que el consejo dicta su veredicto, Tobar escucha (no puede mirar para atrás) a una periodista preguntar “¿Pero de qué guerra?” “¡Cómo que qué guerra!” exclama el fiscal naval y la hace expulsar de la sala. La condena es de tres años y un día. En la cárcel de Valparaíso obtiene la salida dominical, pero luego lo trasladan a los campos de Melinka y Colliguay, donde los prisioneros son expuestos a allanamientos y golpizas. Cuando cumple la condena Tobar se niega a salir de Chile. ([E] Tobar, 2001).
En realidad, Ricardo Tobar, José Ojeda y Nelson Bravo formaban parte de un grupo que mantiene relaciones con el MIR y otros partidos. Los interrogadores algo husmearon, pero no supieron de estos contactos.
*Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 284 – 285
En la pequeña base aeronaval de EL Belloto, situada a unos 20 kilómetros de Valparaíso, hay unos 20 aviones y helicópteros de la Armada a cargo de unos 400 marinos especializados. (El Clarín, 16-3-73).
Entre ellos está el cabo Julio Gajardo, quién será uno de los gestores del grupo antigolpista. Sus estudios universitarios le dan un cierto prestigio entre sus compañeros y lo colocan en situación de líder. El cabo comienza hablando naturalmente con amigos de confianza. Al poco tiempo consigue organizar sobretodo jóvenes con poco grado, aunque también recluta a dos suboficiales. La organización no encuentra marinos opuestos, salvo en dos casos: uno es claramente democratacristiano y otro defiende a los oficiales afirmando que se trata de gente especial, que no pueden comer lo mismo que la tropa porque tienen un estómago diferente, resutado de una crianza también diferente.
Pero la actividad de Gajardo no pasa inadvertida y , pese a la discreción, se hace conocido como un hombre de izquierda. Sus diferencias con la oficialidad ocasionan probablemente su traslado al crucero Prat en octubre 1972, por algunos meses. ([E] Gajardo, 2003).
A su regreso a El Belloto, continúa desarrollando el grupo, junto con el cabo Luis Jorquera y un “muchacho de apellido Jiménez”, que nunca fue detenido. La organización registra un desarrollo acelerado en febrero y marzo de 1973. Fue muy rápido comenta, “y quizá muy tardío también”.
Luis Jorquera sigue una trayectoria muy similar a la de Gajardo e inicia el grupo con él: “ Al principio dos, después ya éramos cuatro y así se fue incorporando gente; por mi lado y por los otros lados también”. En marzo de 1973,, se puede afirmar que existe en la base un grupo antigolpista. Está coordinado por Gajardo, Jorquera y Moraga, aunque Bastidas es también activo. Las reuniones expeditas, se efectúan en los patios de la base. ([E] Jorquera, 2003).
El desarrollo del grupo es tal que, según Gajardo, llega a influenciar a cerca de la mitad de la dotación: “nosotros teníamos una organización estructurada de más de 50 individuos, que eran cien por ciento organizados. después teníamos más o menos 100 que eran periferia. u organizados, tipos que nos seguían; que decían: ‘Si ustedes hacen una acción, nosotros estamos con ustedes, o sea ustedes ordenan, nosotros seguimos’.” ([E] Gajardo, 2003).
El grupo vigila las reuniones sospechosas entre oficiales y civiles de derecha. En la base funciona un club aéreo que, sospechan, agrupa a golpistas locales. Los marinos de guardia a la entrada han recibido instrucciones de apuntar en la bitácora del aeródromo el nombre del socio, que debe presentar su tarjeta, y solo el número de acompañantes, que de esta manera ingresan anónimos. Inquietos los marinos de izquierda apuntan las patentes de los automóviles y constatan que se repiten.
Durante el paro de octubre, los marinos deben patrullar la zona y una de sus bases en Quilpué es el templo mormón. En su interior, Jorquera y su amigo Ríos, decubren un mapa de la ciudad con domicilios marcados con círculos rojos. Cuando verfican, se dan cuenta que se trata de militantes socialistas y comunistas conocidos. Además son testigos de reuniones entre civiles y oficiales de El Belloto, de la Escuela de Caballería de Quillota o del regimiento Coraceros, en la base o en el templo mormón. Resulta urgente comunicar esta información a la Presidencia. Entre Bastidas, Jorquera y Gajardo, deciden que éste último – y solamente – él se encargará de establecer contactos con los políticos. ([E] Jorquera, 2003).
La base del El Belloto: primeras medidas contra personal de izquierda.
Base El Belloto. Registro: Julio Gajardo
( Extracto del Libro, Los que dijeron “NO”, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo I, 348 – 349)
La oposición de los oficiales al Gobierno en la base aeronaval, sutil en 1971, se torna abierta en 1972. Como en otras unidades, los oficiales impugnan a las JAP, toman posición a favor de la huelga a favor de la huelga de los camioneros, atacan el proyecto de escuela nacional y agitan la guerra con Perú. Una de las raras excepciones la constituye el capitán ingeniero Stromberg, a cargo del Centro de Reparaciones de Aviación Naval (CRAN).
En 1972, el cabo Julio Gajardo, conocido por sus ideas cristianas de izquierda, es enviado primero tres meses a Punta Arenas y luego al crucero Prat. Es inhabitual trasladar a un técnico electrónico de aviación a la tripulación de un buque. Los motivos, más que organizativos, parecen políticos: “me dá la impresión”, comenta, que el traslado se decide “con la intención de sacarme de la base, porque era yo una especie de piedra en el zapato de la gente de ahí ”. Abordo del crucero, Gajardo se empeña en crear una organización que se oponga al golpe de Estado. ([E] Gajardo, 2003).
A partir de marzo de 1973 los oficiales reorganizan la base en función de una batalla entre oficiales y tropa. El casino de oficiales comienza a ser rodeado de parapetos y llega un cargamento de fusiles ametralladoras que no se guardan en la sala de armas, o sea queda en manos de los oficiales. Se sabe además que éstos han colocado las cajas de municiones debajo de sus camas. ([E] Jorquera, 2003). Aunque Gajardo no tiene memoria de los parapetos, sí recuerda que el armamento automático (fusiles ametralladoras SIG o M-17) está en el casino de oficiales y que en la sala de armas dejan solo los viejos fusiles tiro a tiro. ([E] Gajardo, 2003; 2005).
Las primera detenciones el 15 de junio, en El Belloto
Los cabos Julio Gajardo y Luis Jorquera, conocidos en la base aéronaval como defensores del gobierno y opositores al golpe, son los primeros militares conocidos apartados de sus funciones a causa de sus ideas.
Desde principios de año, Luis Jorquera había sido alejado de los aviones y encargado de la biblioteca. Poco antes de su detención, escucha rumores de que hay en la base un cabo electricista, de bigotes, miembro del MIR, lo cual corresponde a su propia descripción. Piensa que es posible que lo hayan seguido, pues su mujer es sobrina de un senador socialista (Silva Ulloa) y tiene cierta amistad y es vecino de Jaime Aldoney, el interventor de la Compañía cervecera de la región. (Jaime Aldoney está detenido desaparecido. Estuvo detenido en la base de El Belloto)
En la primera quincena de junio de 1973, el cabo Jorquera es sorpresivamente convocado a comparecer ante el almirante Rivera Calderón, la máxima autoridad de la aviación naval.( El almirante Hernán Rivera Calderón será agregado militar en Argentina en 1975, cuando la DINA monta la “Operación Colombo”. El mismo almirante será ministro de salud y en 1985 dará la orden de interceptar y que mar los 15 mil ejemplares del libro de Gabriel García Márquez Miguel Littin clandestino en Chile.) Cuando ingresa a su despacho se encuentra ante un “auditorio de oficiales”. El almirante asistido por Víctor Tapia Cerezo, le ordena permanecer de pie y lanza la acusación: “Por este teléfono verde [del plan Albatros] me llegó información de que usted en su casa se dedica a fabricar bombas y explosivos”. Sorprendido, Jorquera le pide que se presente el acusador, pero el almirante se niega. El cabo le pide entonces que vayan inmediatamente a su casa, pero continúa la discusión. Finalmente el comandante dice que esto lo van a dejar hasta ahí, ordenando además que lo retiren del trabajo de bibliotecario y lo vuevan a afectar a aviones. ([E] Jorquera, 2003). No obstante la calma aparente será muy breve.
El viernes 15 de junio llega a Santiago la marcha de una parte de los trabajadores de la mina de cobre El Teniente, en huelga contra el Gobierno, y se teme un golpe de Estado ese día. En un clima tenso los defensores del Gobierno rodean el palacio de La Moneda para protegerlo. De un local del Partido Nacional disparan contra los manifestantes y resulta muerto el estudiante brasileño Milton da Silva. Esa mañana en El Belloto, los cabos Gajardo y Straube amarran los aviones en previsión de un temporal. Durante la faena, Straube pregunta a Gajardo cómo ve la situación. Gajardo recuerda haber respondido más o menos así:
“si aquí hay un enfrentamiento no tendríamos por qué nosotros, entre nosotros, agarrarnos a tiros; yo creo que el comandante debiera convocar a una reunión y decir: ‘los que están por el gobierno se van, los que están en contra y los que quieren apoyar con nosotros el golpe de estado se quedan y después veremos y nos veremos en otras circunstancias’. Pero agarrarnos a balazos dentro de la base, por tomar el control sería un poco ir contra las normas mínimas de convivencia humana”.
Esta versión es confirmada, meses más tarde, bajo dictadura, por la abogada defensora de Gajardo, Lidia Hogtert, a quien volveremos a encontrar defendiendo a marinos. Esta indica que Straude había alertado a Gajardo de una reunión de oficiales que podría tomar medidas contra la gente de izquierda. Gajardo conoce la existencia de una lista negra y tiene conciencia de un posible enfrentamiento entre militares partidarios y opuestos al golpe..
“Ante todas estas noticias, Julio Gajardo manifestó al cabo Straube que los oficiales debían evitar conflictos internos, que era conveniente eliminar algunas injusticias en el trato, y que, como medida de evitar un enfrentamiento que pudiera producir indisciplina y desorden, debería de buscarse una manera de parlamentar entre oficiales y el personal, y que una medida tendiente a suavizar la situación podría ser la entrega del mando a una junta de suboficiales, con lo cual se evitaría derramamiento de sangre y habría una mejor disciplina fundada en la solidaridad y la amistad.” ( Causa 3879 [R] .
Después de la conversación entre Straube y Gajardo, este último es convocado hacia las 13 horas por el capitán Maldonado, quién la acusación: “Vino el caboStraube y me dijo que usted no respondía de lo que pasara aquí con la base si yo no le entregaba el mando de la base”.
Julio Gajardo responde que si quisiera tomar el control no procedería así. Se enfrascan en una nueva discusión política. En un clima tenso, el oficial llama al comandante de la base, contralmirante Ernesto Hüber von Appen, comandante de la aviación naval. (Ernesto Hüber vo Appen ha sido procesado por la desaparición de Jaime Aldoney, quién fue visto por última vez, detenido, en la base que estaba bajo su mando ). Entre ambos lo interrogan y discuten hasta las 19 horas. Gajardo y los oficiales hablan francamente, y se llegan a decir de todo: “Si me hubieran podido matar me matan ahí” comenta el cabo. Lo dejan de plantón frente a la sala de armas y finalmente le comunican que han resuelto hacer una investigación más profunda y que parte arrestado al cuartel Silva Palma. Allí estará incomunicado siete días.
Ese viernes 15 de junio se produce el primer arresto por razones políticas. La detención de Julio Gajardo tiene su origen – o más bien su pretexto – en uno de los abundantes debates. Detienen también a Luis Jorquera y un colega que protesta porque lo estaban arrestando, pero Gajardo será el único procesado. Cuando éste comprende que va a ser arrestado, consigue entregar a su mujer documentos y fotografías de oficiales golpistas para que los destruya, pero olvida el manuscrito con la declaración de pricipios del movimiento que está en su chaquetón.
Al llegar al cuartel Silva Palma, Gajardo coloca el delicado documento en una maleta donde lleva libros y ropa. Pero, casi de inmediato, le retiran los cordones de los zapatos, junto con otros objetos personales, y se llevan la maleta. la situación es gravísima. A la primera detención de un miembro del grupo de marinos, sus captores están a punto de dar con la prueba que confirma la existencia de un movimiento masivo. Sin embargo, durante los interrogatoriosen la fiscalía nadie menciona el documento, y tampoco lo hacen cuando lo carean con el acusador.
Finalmente, el día que lo ponen en libertad provisional le entregan sus pertenencias, incluyendo la maleta, encuentra el mauscrito intacto. “Yo doy gracias a Dios”, dice Julio Gajardo, ya que sus captores tuvieron en sus manos, sin saberlo, la prueba que buscaban, y la devolvieron. Aunque tal vez la maleta cayó en manos solidarias, que “no vieron” el documento.
El mismo 15 de junio, se presenta un oficial a la casa de Luis Jorquera, donde está con licencia médica, ordenándole que lo siga de urgencia, sin tomar el tiempo de vestir de uniforme. Llegado a la base, se entera de la detención de Julio Gajardo. Inmediatamente lo dejan en un cuarto donde ahy otro “detenido”, un tal Pizarro, que en realidad intenta sonsacarle informaciones. Poco después lo llevan ante el comandante, quien inquiere bruscamente: “Lo mandé buscar porque quiero saber si Ud. está de acuerdo con Julio Gajardo o no”. Luis Jorquera pregunta a propósito de qué. El comandante replica que debería saberlo y, después de una discusíon, formula el cargo: querer que el segundo comandante entregara el cargo a un suboficial. Jorquera responde que no apoya nada así y que le extraña que gajardo lo haya dicho. le comunican que está citado por el fiscal naval, al día siguiente.
El fiscal lo interroga inmediatamente por las “reuniones”. Socarronamente, Joquera le responde que asisten cabos y sargentos, acompañados de sus señoras…”¡quiero que me hable de las reuniones políticas!” replica. “No tengo idea” responde el cabo. Después de los interrogatorios, Jorquera volverá un corto tiempo a la base. Días después lo envían al cuartel Silva Palma a esperar el retiro, que será cursado el 16 de agosto. Durante su arresto verá llegar a los detenidos de la Escuadra. ([E] Jorquera, 2003).
Las detenciones de Jorquera y Gajardo son claramente políticas y constituyen sin duda un paso osado por parte de quienes preparan el golpe. Casi no tienen sustento jurídico, pues la acusación no presenta nada que pueda asemejarse a una prueba. El propio fiscal de la causa C-3879 contra Gajardo se ve incómodo, hasta el punto de que le dice en privado: “Yo no tengo ninguna razón para tenerte detenidon no hay pruebas, no hay evidencias, no hay nada”, pero le explica que ha recicbido una orden superior de que no vuelva a la base de EL Belloto.
El abogado Emilio Contardo asume la defensa de Gajardo y obtiene rápidamente su libertad incondicional. “En efecto para juzgarlo por “sedición y motín”, como quiere la Marina, se requiere el acuerdo de la autoridad política: el Presidente de la República, el ministro del Interior o el intendente de la zona. A falta de ellas no pueden mantenerlo detenido. La situación cambiará en el mes de agosto, cuando el intendente firma el requerimiento de la Armada contra los marinos de la Escuadra. ([E] Gajardo, 2003).
Extracto del Libro, Los que dijeron “NO”, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo I, 375 – 376