MINISTRO MARIO GÓMEZ MONTOYA PROCESA A OFICIAL (R) DE LA ARMADA POR SECUESTROS Y APLICACIÓN DE TORMENTOS
11/02/2020
MINISTRO MARIO GÓMEZ MONTOYA PROCESA
A OFICIAL (R) DE LA ARMADA POR SECUESTROS Y APLICACIÓN DE TORMENTOS
El
ministro en visita extraordinaria (s) para causas por violaciones a los
derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Mario Gómez Montoya,
sometió a proceso al contralmirante en retiro de la Armada Erwin Hugo Andrés
Conn Tesche, por su responsabilidad en dos delitos de secuestro y aplicación de
tormentos. Ilícitos perpetrados en diciembre de 1973, en la ciudad puerto.
En
la primera resolución (causa rol 970-2007), el ministro Gómez Montoya encausó
al exoficial de la Armada como autor mediato de los delitos de secuestro calificado
y aplicación de tormentos al profesor universitario Félix Francisco Figueras
Ubach.
En
esta etapa procesal, el ministro en visita estableció los siguientes hechos:
“(…)
a partir del 11 de septiembre de 1973, personal de las Fuerzas Armadas, de Carabineros
y de la Policía de Investigaciones conformaron grupos operativos encargados de
perseguir a las personas contrarias al régimen militar imperante en la época,
contando para ello con recursos materiales y humanos, lugares de detención,
vehículos, armas, entre otros, dentro de organizaciones jerarquizadas y de
mando, dedicadas a las actividades que permitieron la ocurrencia de los delitos
que se han denunciado precedentemente.
La
autoridad encargada de la Seguridad Interior, CAJSI (Comandancia de Área
Jurisdiccional de Seguridad Interior), crea su propio Servicio de inteligencia,
denominado con la sigla SICAJSI, el que ya se encontraba en funcionamiento en
época en que ocurren los hechos. Este organismo estructurado, jerarquizado, y
con reglas de funcionamiento definidas por la autoridad central, tenía como
misión cumplir las órdenes que emanaban del CAJSI relacionadas con la Seguridad
interior, dirigidas a la eliminación, investigación y paralización de cualquier
acción delictual contra la seguridad del Estado.
Para
el cumplimiento de estas directrices, la jefatura del SICAJSI emitía órdenes de
investigar, allanar y detener, las que eran llevadas a efecto por personal que
integraba los Comandos de Operaciones Contrainsurgencia (COC), que correspondía
a funcionarios de distintas ramas de las Fuerzas Armadas, de Carabineros de
Chile y funcionarios de la Policía de Investigaciones, quienes dependían
jerárquicamente del Jefe del Departamento de Operaciones del mismo organismo,
el que a su vez rendía cuenta directa de los resultados de las operaciones al
Jefe del SICAJSI, que a la época en que ocurrieron los hechos correspondía al
Capitán de Navío Sergio Barra Von Kretschmann, actualmente fallecido.
A
este respecto, ha quedado establecido que el Jefe del SICAJSI contaba con Jefes
de Servicio, Oficiales alumnos del Curso de Estado Mayor, quienes supervisaban
y daban las órdenes necesarias para el funcionamiento del Servicio, al actuar
como subrogantes del Jefe del SICAJSI cuando éste no se encontraba en funciones,
teniendo facultades incluso para firmar órdenes de detención y de investigar, y
para determinar el destino de los detenidos.
Estas
órdenes eran ejecutadas al margen de la legalidad, para justificar o sustentar
la comisión de ilícitos, como detenciones ilegales, allanamientos de morada,
aplicación de rigor innecesario, privaciones de libertad de personas por largos
periodos de tiempo en lugares no autorizados, y la aplicación de tormentos
físicos y psicológicos.
Que,
en dicho contexto, conforme a los antecedentes pormenorizados precedentemente,
se ha podido establecer que el día 11 de diciembre de 1973, en horas de la
noche, Félix
Francisco Figueras Ubach, de nacionalidad
chilena y padres españoles, quien se desempeñaba como profesor adjunto en el
Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en esta ciudad, es secuestrado
desde el interior de su domicilio particular en Viña del Mar, ante la presencia
de sus padres, por efectivos militares del Regimiento Coraceros de esa misma
ciudad, quienes lo conducen al mismo recinto. El día 13 de diciembre de 1973,
sus familiares recibieron la noticia que había sido trasladado a la Academia de
Guerra Naval, ubicada el cerro Playa Ancha de Valparaíso, lugar donde les fue
negada su presencia, por lo que desde ese momento comenzaron su búsqueda por
diversos lugares de la ciudad, no logrando dar con su paradero. Pasados unos
días, la familia se informó que un médico amigo pudo reconocer el cadáver de
Félix Figueras Ubach en el Hospital Naval de Playa Ancha.
También
se encuentra establecido que, luego de estar secuestrado en el recinto de la
Academia de Guerra Naval de Valparaíso, en donde debió permanecer encerrado
junto a otros detenidos, fue sometido a diversos interrogatorios con aplicación
de tormentos en una sala habilitada para ello, ubicada en el cuarto piso del
edificio, por el grupo de Infantes de Marina que estaba designado para cumplir
el rol de interrogador. Los tormentos recibidos durante el interrogatorio
fueron de tal magnitud, que tanto la víctima como los demás detenidos que eran
sometidos a ellos, salían en muy malas condiciones físicas, incluso, algunos
debían ser sacados en frazadas por no poder salir por sus propios medios. Es el
caso que, Félix Figueras Ubach, luego de terminar un interrogatorio, fue conducido
al baño del mismo piso para asearse y reponerse del maltrato, junto con otros
detenidos, lugar desde donde se lanza la vacío por una ventana sin protecciones
que estaba al interior de éste y que daba al frontis del recinto naval, para
caer en el sector en donde se estacionaban los vehículos, lo que resulta en la
muerte de la víctima de autos”.
Violación de detenida
En
la segunda resolución, el ministro Gómez Montoya atribuye responsabilidad a
Conn Tesche en los delitos de secuestro y apremios ilegítimos en contra de
S.P.V., causa en la cual se resguarda la identidad de la víctima.
Respecto
de este caso, se logró acreditar que “(…) S.P.V. es detenida en el mes de
diciembre de 1973 por Carabineros de la Tenencia de Carreteras de Valparaíso,
en circunstancias en que ella junto a su primo y unos amigos se dirigían a la
localidad de Tunquén. Lo anterior ocurre en la garita de Control carretero
ubicada en el sector de Peñuelas, luego son trasladados a la Tenencia de
Carreteras de Valparaíso, permaneciendo allí un par de horas. Y de ese lugar,
son llevados por funcionarios de la misma unidad policial a la Academia de
Guerra Naval de Valparaíso, todo ello en el marco de la investigación que
efectuaba el CAJSI de Valparaíso en relación a su primo”.
“En ese lugar permanece detenida por un día, siendo sometida a interrogatorio en el Cuartel Silva Palma por personal que cumplía las funciones de interrogar a los detenidos que permanecían en ese cuartel privados de libertad. En este interrogatorio, tres de ellos procedieron a efectuar tocaciones deshonestas en contra de la víctima, para posteriormente ser violada por los mismos”.
“Para mi fue un deleite tremendo de poder escuchar el sonido de las notas y los acordes que estaba aprendiendo a ejecutar con mis manos, con la guitarra que me había dejado mi compañero de celda Alvaro Vidal. Cumplir el sueño de poder acompañar con armonías mi canto. Había tiempo y así, nació poco a poco el efecto liberador que tuvo la música dentro de esas cuatro paredes en cautiverio” Este cancionero nació allí en la celda 147 de la cárcel de Valparaíso, con textos heredados de Alvaro Vidal y posterior a su libertad, de Sergio Vesely y de cancioneros que circulaban. Usé un cuaderno que tenía desde la época de mi formación profesional en la Escuela Politécnica de la Armada en esa fecha llamada Escuela de Ingeniería Naval. Por coincidencias del destino, la primera página incluye el tema “Permanecemos” musicalizado por Alvaro y la última página lleva “Sueños de mi encierro” compuesta y musicalizada por el que escribe. Grabada el año 2015 para el proyecto “Cantos Cautivos”
Este es un tema desconocido y poco investigado en Chile, la diáspora del exilio, el pueblo desparramado por el planeta, la extracción de las raíces y la aldea, las costumbres, los valores, la cultura, el idioma, los olores, la ezquina con los amigos, la familia, y como dijera un escritor “la muerte en vida”. Los grupos musicales exiliados aportaron con su arte a mantener viva la identidad cultural y la relación con el país a través de las expresiones artísticas llevadas a cabo en las diferentes ciudades y países. Donde vivía un chileno había una peña, un concierto o una fiesta de danzas folclóricas con empanadas, pastel de choclo y vino tinto . También hay que nombrar a la solidaridad expresada por organizaciones tales como organizaciones por la defensa de los DDHH, partidos políticos, sindicatos, eclesiásticas, estudiantiles y a las altas esferas de gobiernos que hicieron posible salvar tantas vidas. A ellos un agradecimiento por su aporte y lucha para el retorno de la democracia aún en construcción y que pertenece a la historia del exilio chileno.
Estas fotografías son posterior a un concierto de “Illapu” en 1982 en la “Vieja Aula” de la universidad de Heidelberg, Alemania. No existen registros de afiches y se desconoce la fecha exacta. Las fotos corresponden a un encuentro familiar en casa de la esposa del marinero constitucionalista Patricio Cordero, Monika de Cordero Cedraschi en la calle Bergheimerstrasse de esta ciudad.
Comunicación postal desde Inglaterra con el marino Antonio Ruiz Uribe recluido en la cárcel de Valparaíso
Exiliados: Camino a otro país. Los “sin patria” obligados a dejar Chile
SOCIEDAD 08 de mayo de
2019 Por Felipe Henríquez Ordenes
Fue durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989), cuando salió del país el mayor número de exiliados políticos de la historia de Chile.
Foto:
Antropo memoria – Adriana Goñi Godoy
Exilio no es una palabra, ni es un drama, ni menos una estadística.
El exilio es simplemente un vértigo, un mareo, un abismo, es un tajo en
el alma y también en el cuerpo cuando, un día, una noche, te hacen saber que
aquel paisaje tras la ventana, aquel trabajo, aquel amigo, aquella silla y
aquel hueco en aquel colchón, aquel sabor, aquel olor y aquel aire que habías
perdido, lo has perdido y lo has perdido para siempre, de raíz y sin vuelta.
Fue durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989), cuando salió del país el mayor número de exiliados políticos de la historia de Chile.
En un contexto violatorio de los derechos de las personas, miles se
asilaron o huyeron para preservar sus vidas y libertad. Otras fueron
expulsadas. Un apreciable número conmutó las penas de presidio a las que fueron
condenadas, por el extrañamiento, prohibiéndoseles regresar al país al término
de la condena. Se sumaron también personas exoneradas de distintas actividades
y otras que por temor, o no soportar el clima de represión imperante dejaron el
país haciendo uso de sus pasaportes o cédulas de identidad.
Más tarde muchos de ellos aparecieron en listas de prohibición de ingreso al país. Otros se encontraron con que al renovar este documento en un Consulado, se les extendía con la limitación de que no era válido para ingresar a Chile: llevaba estampado una letra “L”.
Después de 3 años de estar recluidos como prisioneros políticos en 5
campos de concentración de la dictadura, papá y Tato comienzan su viaje al
exilio en 1976.
Carlos Orlando Ayress Soto (padre)
Carlos Orlando Ayress Moreno (hijo, detenido menor de edad)
Algunos de los asilados permanecieron meses en las embajadas que los acogieron, en espera de su salvoconducto. También se asilaron o partieron al exilio muchos de sus familiares, acogiéndose al Plan de Reunificación Familiar del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, ACNUR.
El 1 de septiembre de 1988, la dictadura determinó poner fin al exilio
mediante Decreto N°203 del Ministerio del Interior que expresa: “…Déjense sin
efecto todos los decretos y decretos supremos exentos que, dictados en virtud
de las atribuciones conferidas por el Artículo 41 N° 4 de la Constitución
Política de la República disponen la prohibición de ingreso al territorio
nacional de las personas que en ellos se mencionan…”.
Se cerró así un período de quince años de la vida de Chile, pero no de
la de muchos que debieron enfrentar el desafío de retornar a un país del que
nunca debieron salir, o afincarse definitivamente en lugares que los acogieron
con solidaridad.
En el transcurso de ese tiempo muchos forjaron nuevos espacios para su
desarrollo: aprendieron distintos idiomas, conocieron, asimilaron y aportaron a
otras culturas, adquirieron o revalidaron títulos, trabajaron en lo propio o
aprendieron nuevos oficios o disciplinas.
Sin embargo, otros sucumbieron ante el dolor de verse expulsados de lo
que les pertenecía: depresión, angustias, enfermedades y suicidios recorrieron
esos años el mundo del exilio.
A partir de entonces en Chile, la reflexión sobre el exilio ha estado centrada sobre todo en la experiencia del retorno, en el sentimiento de desarraigo profundo de la identidad individual y colectiva que ha hecho del exilio una experiencia traumática. De ello hablan por sí mismos los numerosos testimonios que nos ha heredado la historia.
Muchos… nunca más volvieron, y siguen siendo: “Los sin patria“. Esta
reflexión busca, de una u otra forma, conjurar “el otro nombre de la muerte”,
como Shakespeare denominaba al exilio.
Si somos capaces de sentirlo, siquiera un instante, tal vez pueda
evitarse volver a caer en él nunca más.
“Vuelvo a casa, vuelvo compañera. Vuelvo mar, montaña, vuelvo puerto. Vuelvo sur, saludo mi desierto. Vuelvo a renacer, amado pueblo.
Vuelvo, amor vuelvo. A saciar mi sed
de ti… Vuelvo, vida vuelvo, a vivir en mi país.”
En el marco de conciertos de solidaridad con el pueblo de
Chile bajo el régimen dictatorial de Pinochet. Se realizan diferentes
conciertos en la ciudad de Heidelberg, Alemania, invitando a diferentes grupos
musicales propagando así las artes, la cultura y la solidaridad con el
continente latinoamericano azotado por dictaduras militares.
En este contexto actúa en la “Vieja Aula” de la
Universidad de Heidelberg el conjunto musical propagador de la nueva canción
chilena, “Santiago del Nuevo Extremo” invitado por los círculos de estudiantes
de la universidad el 21 de Mayo de 1985.
El afiche fue confeccionado usando el motivo gráfico de la carátula del vinyl por el marinero constitucionalista chileno que habita en esta ciudad y partícipe en la organización de este concierto, Patricio Cordero Cedraschi.
Patricio Cordero, marinero constitucionalista, en sus tres años de presidio comparte por un tiempo la celda 147 de la Cárcel de Valparaíso con el músico de la región Alvaro Vidal Pérez, preso también por causas políticas para el golpe de Estado quien fue detenido el 11 de septiembre de 1973 a las 14 horas y conducido a la tercera comisaría puerto de carabineros en las cercanías de la Iglesia Matriz donde a punta de culatazos le zafaron dos vertebras provocandole secuelas físicas hasta el día de hoy.
En
esta vida comunitaria, Álvaro quien posee una guitarra acústica transmite parte
de sus conocimientos musicales a Patricio enseñándole tres acordes y algo de
rítmica antes de su partida al exilio a la R.F.A. en mayo de 1975 el cual se
acogió al „beneficio“ del decreto ley 504 de conmutación de la pena. Al
abondonar la cárcel, le deja la guitarra a Patricio de regalo el cual
intensifica sus conocimientos en cautiverio.
Por cosas del destino, Patricio al partir al exilio el año 1977 lo hace también a la R.F.A reencontrándose con su maestro musical y continúan ruta en dúo manteniendo las raíces y vínculos culturales por un lado y por el otro, estimulando musicalmente la solidaridad en contra la dictadura.
En la Foto un concierto de solidaridad el 28 de mayo 1978 en la sala de congresos de la ciudad de Heidelberg organizada por los circulos de estudiantes universitarios y el comité por latinoamérica de la ciudad.
Este Link los conduce a un festival donde Alvaro y Patricio participan musicalmenteen la ciudad de Bochum en junio 1978
Álvaro quien también permaneció recluido en el campo de concentración de Melinka, musicalizó en presidio el texto compuesto por el prisionero político Rolando Muñoz Sánchez „Permanecemos“. Esta canción, ganó el primer premio en el Festival musical que se realizó en el campo de concentración en 1974 para entretener a los custodios.
Presentación en Valparaíso en el encuentro de los Ex prisioneros políticos de la cárcel de Valparaíso en 2013
Concierto de solidaridad con la resistencia chilena en contra de la dictadura el 4 de mayo de 1982 en la “Sala de Congresos” (Stadthalle) de la ciudad de Heidelberg, Alemania, por la organización representativa de los estudiantes “ASK” y por la comunidad de estudiantes de la iglesia evangélica alemana “ESG” de esta ciudad.
“Los Jaivas” residentes
en París en aquella época presentaron la cantata “Alturas del Machu Pichu”
basada en la obra de Pablo Neruda. El concierto se vió alterado por las fuertes
lluvias y la inundación que provocó el desborde del río “Neckar” inundando la
planta subterranea de la sala de conciertos, sin embargo se contó con la asistencia
de 800 personas.
Registro de afiche y
tarjeta de entrada de Mario Patricio Cordero Cedraschi.
Afiche: Hecho con
fotografía otorgada por Los Jaivas y escritos con material rudimentario por
Mario Cordero C.
Entrada hecha con
cartulina verde y tinta negra.
Cara 1: Dibujo de Mario
Cordero C.
Cara 2: Agradecimientos y dedicatorias de los músicos algunos ya fellecidos, a la madre de Mario Cordero en Chile.
Jorge Magasich Airola es doctor en historia por la Universidad Libre de Bruselas y profesor en el Istitut des Hautes Etudes des Communications Sociales de Bruselas. Es autor de América Mágica, mitos y creencias en tiempos del descubrimiento del nuevo mundo (2001), Los que dijeron “No”. Historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973 (2008); Allende, la UP y el golpe (2013); Datos históricos sobre la Democracia Cristiana (2018). Y de las actas de coloquios: Chili pays laboratoire (2008) y Fuerzas Armadas, legalismo y democracia en América Latina (2010).
La colección Fuentes para la historia de la República es un repertorio documental creado en la noción de que la concepción actual de la historia requiere de nuevos tipos de fuentes que cubran todos los aspectos del pasado, no solamente los documentos oficiales y gubernativos, los papeles de estadistas y próceres sino, también, los testimonios de la vida privada, las costumbres, el arte, el pensamiento, las mentalidades y tantos otros temas que conforman la vida entera. La Historia entera.
A través de esta colección, la Dirección
de Bibliotecas, Archivos y Museos constribuye a acrecentar y difundir el
patrimonio cultural de la nación, cumpliendo así con la obligación moral
contraída con la cultura del país.
En 2004, 6070 exmilitares y carabineros solicitaron que se reconociera su despido por motivos políticos; 1319 lo obtuvieron, lo que representa un 7,52% y un 1,64% del total. Estas cifras muestran que hubo un número significativo de uniformados en desacuerdo con el golpe de Estado y con las atrocidades perpetradas por sus instituciones.
Esta visión es presentada en las 55
entrevistas que incluye este volumen. Fueron efectuadas en el marco de una
investigación sobre el movimiento de la marinería opuesto al golpe de Estado de
1973, publicada como Los que dijeron
“No”. Historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973 (2008).
Restituye la historia de los militares antigolpistas, particularmente de
marinos, así como la de militantes, abogados y oficiales relacionados con ellos,
dos de estos últimos favorables al golpe.
Estos testimonios, además de reconstituir el movimiento antigolpista, describen la vida en la Marina a principios de la década de 1970, abordando aspectos como la disciplina, castigos, promociones, la memoria de los conflictos sociales anteriores, la repartición de opiniones políticas e interesantes reflexiones sobre la democratización de la institución, entre otras.
Testimonios de militares opuestos al golpe de Estado
de 1973, de sus contactos y de sus abogados
Introducción
Este volumen pone a disposición de los estudiosos 55 entrevistas efectuadas en el marco de una investigación sobre el movimiento de la marinería opuesto al golpe de Estado de 1973, y dos anexos relacionados con la temática, que alimentaron, entre otras fuentes, la tesis doctoral “ Ceux qui on dit ‘Non’ Histoire du mouvement des marins chiliens opposés au coup d’État de 1973” defendida en la Université Libre de Bruxelles, en 2007 (consultable en línea), y publicada en Chile como “ Los que dijeron ‘No’. Historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973”, LOM, 2008.
Los años 1972 y 1973, en gran
parte de los buques, escuelas y bases de la Armada de Chile, muchos marinos
perciben signos inquietantes que indican un golpe de Estado en gestación.
Resuelven organizarse, primero para transmitir estas informaciones a las
autoridades de Gobierno, y luego, sabiendo que se verán obligados a participar
en él, reflexionan sobre cómo enfrentarlo. Paradójicamente, la defensa de la
legalidad republicana amenazada es considerada “subversiva” por los mandos
navales. Lo que impone el secreto. Por este motivo la vida de estos grupos casi
no deja trazas escritas, a parte de las informaciones que figuran en los
procesos abiertos por la Fiscalía Naval, una fuente necesaria pero dudosa ya
que contiene numerosas “confesiones” arrancadas bajo tortura. Es por eso que el
trabajo de restitución de este proceso histórico requiere, sin duda más que
otros, indagar en la memoria de sus protagonistas.
La recopilación de testimonios se
inicia casi tres décadas después del golpe de Estado, en un momento
particularmente interesante para la Historia. Bajo dictadura tal gestión resultaba
impensable ya que podía exponerlos. Incluso a principios de la “Transición”
iniciada en 1990, buena parte de los militares opositores al golpe opta aún por
un prudente silencio sabiendo que el Ejército sigue bajo las órdenes del ex
dictador. Pero su arresto en Londres en 1998-2000, durante 502 días, modifica
profundamente la situación. La desacralización del símbolo de la dictadura
contribuye a desvanecer silencios temerosos para abrir un interesante encuentro
entre un país y su Historia. Prácticamente todos los chilenos reflexionan sobre
su historia reciente, aunque sea un instante. A partir de entonces la mayoría
de los militares antigolpistas osan, incluso desean, testimoniar ante una
sociedad interesada en escucharlos.
El período 2000-2005 fue sin duda
un momento privilegiado para reconstituir esta historia. La mayor parte de sus
actores se siente liberadas (o casi) de los temores de antaño y dispuesta a
liberar sus verdades largo tiempo silenciadas.
Entre 2000 y 2005, 55
entrevistados (salvo uno entrevistado en 1986) aceptaron dar a conocer sus
valiosos recuerdos, conocimientos y vivencias: 27 marinos; 4 marinos de
“filiación azul”, operarios de los astilleros navales; 3 oficiales de la Armada
y un general de la Aviación; 3 abogados de los marinos y un fiscal naval
encargado de la acusación de “sedición y motín”; 14 militantes relacionados con
los militares antigolpistas y un embajador. Se publica además, como anexo, una
conferencia inédita dada por el cabo Manuel Astica en 1982, uno de los dirigentes
de la sublevación en la escuadra en septiembre 1931 y una entrevista a un
marino portugués que participó en la revuelta de 1936 (en portugués).
Los 31 marinos entrevistados
ostentaban en 1973 el grado militar de marinero o cabo y uno de ellos sargento,
lo que significa que en este volumen toman la palabra sobre todo hombres de la
tropa. Todos fueron defensores del Gobierno de Salvador Allende y
opositores al golpe de 1973. Sin embargo nos pareció pertinente incorporar la
“otra” visión especialmente cuando se trata de personas directamente
relacionadas con el caso. Agradecemos las entrevistas que nos acordaron el
capitán de navío Hernán Julio y el fiscal capitán de corbeta (J) Víctor
Villegas.
Después de la publicación
de Los que dijeron ‘No’ en 2008, pudimos entrevistar al
teniente de la Infantería de Marina Horacio Larraín, mencionado en el libro,
quien fue excluido de la Armada a causa de sus posturas legalistas por orden
expresa de la Junta de Gobierno, firmada por Augusto Pinochet. Y descubrimos
otro grupo de marinos antigolpistas que se organiza después del golpe,
impresionados por las atrocidades de las que fueron testigos. Su vida es
narrada en la entrevista al marinero (FAZ) Aurelio González. Estos dos
testimonios no han sido utilizados por ningún investigador hasta la fecha.
Estas entrevistas permiten
descubrir la gestación del movimiento de los marinos antigolpistas. Pero
contienen también ricas informaciones sobre la vida en la Armada a principios
de los años 1970, más allá de las versiones oficiales. Abordan varios aspectos
de la vida de los marinos, como la disciplina, los castigos, las promociones,
las posibilidades de proseguir estudios, los regímenes alimenticios
diferenciados, y los conflictos sociales latentes. Y aspectos más íntimos como
las lecturas, la visión sobre la repartición de opiniones políticas en la
Armada, la memoria de los conflictos sociales anteriores y, por último,
interesantes reflexiones sobre la democratización de la Marina.
Las entrevistas duran entre una y
cuatro horas; dos en promedio. Casi todas se efectuaron frente a frente, salvo
la de Luis Ayala que se hizo en presencia de Teodosio Cifuentes y durante la
segunda parte de la entrevista a Antonio Ruiz, estuvo presente el marino René
Rojas. Se aprovechó la ocasión para entrevistar a ambos.
Es pertinente recordar que una
entrevista refleja la visión que el entrevistado proyecta sobre el pasado,
visión que ha atravesado procesos mentales selectivos en los que intervienen
olvidos, confusiones, deformaciones, y otras huellas del paso del tiempo. Los
entrevistados suelen tener la tendencia –comprensible– a ampliar su rol en los
procesos estudiados; a veces confunden, de buena fe, sus recuerdos directos con
situaciones que les fueron relatadas por otros; y manifiestan la tendencia,
también de buena fe, a destacar los elementos que confortan su visión actual de
las cosas. El trabajo de restitución de los hechos históricos implica someter
las entrevistas a una rigurosa crítica histórica, comparándolas entre sí y con
otras fuentes.
La estructura de la mayor parte
de estas entrevistas corresponde a una pauta. Después de la identificación del
entrevistado, se le pide un resumen de su historia en la Marina. Luego se
aborda la vida en la Marina, su memoria de las revueltas anteriores, las
expectativas que tenía del Gobierno de Allende, los signos de conspiración que
pudo percibir, su adhesión al grupo antigolpista, el funcionamiento de éste,
los planes de acción, los contactos con dirigentes políticos, el arresto, las
torturas, el proceso, eventualmente el exilio, y finalmente un balance
retrospectivo. Durante la entrevista consultamos a menudo una agenda de 1973
para ayudar a situar los acontecimientos en el tiempo.
Cada entrevistado es presentado
en un párrafo inicial indicando su trayectoria y su posición en la Marina o en
la política chilena en 1973. Lo mantuvimos como fue redactado en el momento de
la transcripción de las entrevistas, entre 2005 y 2007. Hasta donde sabemos,
cuatro de los marinos ya no están entre nosotros: Patricio Barriohlet, Teodosio
Cifuentes, Henry Gómez y Antonio Ruiz. Igual que cuatro abogados que los
defendieron: Emilio Contardo, Graciela Kischinevzky, Olga Morris y Marcos
Portnoy. Y uno de los militantes: Mario Caballero. Particularmente en estos
casos sus testimonios son parte de su legado a las nuevas generaciones.
Joge Magasich Airola, septiembre 2018
Fotografías de la portada, de izquierda a derecha:
Han pasado 3 años del fallecimiento del autor de este libro, quien revive la historia de la marinería constitucionalista que se negara a apuntar las armas en contra de su propio pueblo. Diciembre 2019.
Exposición inaugurada el 10 de diciembre a las 16:00 hrs en el parque cultural de Valparaíso ( Ex Cárcel Publica ) para la inauguración de la exposición “Bitácora de Injusticias”.
Testimonio
1
Luego de dos o tres semanas salimos rumbo al sur, era mi primera navegación en una unidad de guerra. Era emocionante ver las esposas e hijos de los marinos como los despedían con pañuelos blancos… Zarpamos rumbo a alta mar y luego tomamos rumbo al ciento ochenta. Es muy hermoso mirar mar a dentro la bahía de Valparaíso, por un rato me olvidé de reglas, de la disciplina. Los nuevos marineros, algunos, se convertían en camaroteros de los señores oficiales, consistía en hacerles la cama, limpiarles su camarote y llevarle la ropa sucia para el lavado, era indudable que gozaban de algunos privilegios, por el hecho de ser camarotero tenían menos control de los oficiales de guardia o la deferencia de los cabos y suboficiales, yo lo encontraba el colmo, ellos tenían comida especial y nosotros espaguetis pegados como engrudo sin gusto a nada.
2
Me encontraba haciendo
la práctica de mecánico a bordo del crucero O ́Higgins cuando fueron las
elecciones del 4 de septiembre de mil novecientos setenta. Nos tocó cubrir el liceo
de niñas numero 3 de Valparaíso. Una vez terminado los escrutinios llegamos a
nuestra unidad, en el comedor había un televisor, los primeros cómputos eran
favorables al candidato Alessandri, los señores oficiales se paseaban
sonrientes escuchando los escrutinios, era eminente su adhesión al candidato
derechista. Cuando los cómputos empiezan a ser favorables para el candidato
Allende, no se hicieron esperar los viva Allende, eso trajo consigo el malestar
de la oficialidad y un profundo malestar por lo que hicieron apagar los
televisores. Sólo por el silbido ensordecedor de la marinería y el zapateo
tuvieron que encender los televisores, un aire de triunfo enardecía las
unidades de la escuadra nacional, Allende había prometido aumento de salarios
en su programa para las fuerzas armadas. Había fiesta en las calles hasta altas
horas de la madrugada, mientras los conspiradores comenzaban a hilvanar una
nueva estrategia, las encuestas habían fracasado Las calles estaban llenas de
risas con esperanzas de que por fin llegaba al gobierno un mandatario que tenía
un programa que nacionalizaría lo que le pertenecía a los chilenos, el único
recurso natural lo embarcaban rumbo al imperio y Chile se moría de hambre.
3
En la escuela habían unos quinientos alumnos,
cada día la comida era más mala y el trato era peor. Empezaba a circular una
revista de ultra derecha que se llamaba “Tizona”, eran llamamientos a la
sublevación contra el gobierno. Nos empezaron a entrenar para anti disturbios,
nos llevaban al fuerte Vergara para disparar las metralletas, nos metían en
unos container y tiraban bombas lacrimógenas para que nos acostumbráramos a
estos gases, la guerra comenzaba. La preparación, el adoctrinamiento y
adiestramiento pasaban a ser más importantes para los estudios, mientras en los
baños aparecieron rayados “tenemos hambre” La politización del alto mando de la
armada seguía haciendo de las suyas, esa revista cada vez era más conspirativa.
La armada preparaba oficiales para comandos de sabotajes en algunas partes significativas
como torres de alta tensión, el gasoducto en Curicó. Volaban algunos puentes y
hacían pensar que eran los extremistas del MIR. El año setenta y dos ,para las
elecciones de la C.U.T, mi esposa Rosalía me preguntó si podía ir como
candidata para que tuviera más votos la lista. Le manifesté que por ningún
motivo fuera candidata porque en caso de golpe de estado yo sería uno de los
que apresarían para eliminar la famosa quinta columna. Más aún, le dije que
quería que nos pusiéramos al abrigo emigrando para Venezuela… para allá se
habían ido muchos marinos, pero luego pensaba que si yo no hacía nada malo por
qué me iba a ir de mi país. En Talcahuano conversaba con un compañero, me
contaba el ambiente tenso que había, se olía mal, olía a conspiración, las
reuniones divisionales en cada unidad eran para decir que el gobierno se había
salido de la constitución, que era necesario derrocarlo …pensaba que tenía
que juntar dinero para renunciar a la Armada y poner al abrigo a mi familia.
Las cosas ya estaban definidas, el golpe de estado era inevitable. A esa altura
nos enseñaban la toma de localidades, verdaderos simulacros de un golpe
4
Tenía 27 años y no tenía
ninguna militancia porque no se podía … Con mis compañeros comentábamos los que
decían en las reuniones divisionales, el golpe de estado ya era a viva vos,
tenían los preparativos para que el personal no se opusieran y ya tenían
identificados a aquellos que no deseaban un golpe de estado. Siempre pensaba
que yo no había hecho nada a parte de los comentarios que todos se hacían en
relación al golpe de estado y las consecuencias que traería a un pueblo
indefenso. Estaba enceguecido producto de nuestra formación en la escuela de
grumetes. Creía en los valores patrios, tomaba en serio mi juramento de servir
a la patria, ya sea en mar o en tierra o en cualquier lugar, no me daba cuenta
que estaba en una institución intrínsecamente perversa donde ellos no estaban
al servicio de la patria, sino al servicios de los grandes señoríos. Mientras
tanto, seguían los anuncios son por la radio, decían que en Talcahuano se
detectaba un grupo de extremistas sediciosos en unidades de la escuadra, como
en asmar. No quise contarle a mi esposa que estaba en peligro de vida, estaba
desesperado por saber más información. El ruido de sables estaba por todos
lados eran como campanas que estaban muy cerca de las personas, se sentían los
gritos a voces de la traición a la patria y el perfume a muertos, eran olores
nauseabundos que impregnaban a todos los que estaban cerca de la muerte. el
viento del norte soplaba anunciando la intervención para dominar a los pobres
que deseaban un cambio total. Ese día presentí que me detendrían, como a las
dos de la tarde vino el teniente Albornos, jefe de ingeniería de la nueva
dotación, a preguntar por el cabo Cifuentes, se sorprendió, lo había conocido
en la escuela de ingeniería naval de las salinas, no podía creer que yo fuera
un hombre de peligro, que fuera un terrorista o traidor a la patria como decían
ellos. Unos cinco minutos más tarde vinieron a buscarme, era el mismo oficial
con un cabo infante de marina. Me llevaron a la segunda comandancia, me
pusieron manos a la pared, me quitaron mi carnet de identidad y me sacaron mis
galones. El infante hizo que abriera más las piernas y me golpeó con un golpe
de puño en el hígado y caí al suelo desmayado, sólo recuerdo después cuando fui
levantado y llevado a una camioneta con las manos en la nuca y el oficial me
apuntaba con un arma. Fui llevado a el cuartel de seguridad Silva Palma, allí
fui trasladado a un subterráneo donde no habían luces, eran calabozos, después
de un día fui llevado al fuerte Miller donde tuve apremios físicos que no
quiero relatar.
5
“Pocos días después fui
conducido a la academia naval, cuarto piso, donde me vendaron nuevamente para
interrogarme, estuve ocho horas declarando.Venían para darme punta de pie y
golpes de puño, echando garabatos y haciéndome sentir miedo, me dejaban en el
suelo, luego venía un oficial que me preguntaba por mi familia “Ah, tu esposa
está embarazada, vas a ser papá, no sé si llegarás a conocer a tu hijo o hija,
siéntate en el sillón porque estás en el suelo. Ese día el interrogatorio fue
interminable, cuesta decir y revivir el pasado, ahora no tengo ningún
resentimiento, ellos hacían lo que sus superiores les decían… los enemigos
estabas en todos lados.” Uno conoció el monstruo por dentro, como dijo José
Martí. Estuve quince días desaparecido y mi esposa me buscaba por mar y tierra
para saber de mí. En la escuela de submarinos le decían “Usted sabe señora como
son los marinos, debe estar en el puerto o en algún lugar.” En Silva Palma
estaban otro conocidos de la marina, Todos ellos torturados para sacarles
información, supe que habían tenido que dar siete nombres y yo fui uno de
ellos. Me nombraron como alguien que conocía que se planeaba un golpe de
estado. El día 25 de agosto de 1973, los detenidos, le enviamos una carta a su
excelencia el presidente de la república Doctor señor Salvador Allende,
diciéndole que nosotros no éramos sediciosos, que éramos defensores de la
constitución , la ley y, por ende, del presidente de la república, elegido
democráticamente. Le confirmábamos la certeza de que el golpe de estado era
inminente y que la propaganda en contra del gobierno se había acelerado y
nosotros habíamos sido violentamente torturado por denunciar tales hechos. El 1
septiembre de 1973, fuimos sacados de Silva Palma y llevados a la cárcel
Pública de Valparaíso. Ya en la cárcel, nuestros sicarios, nos mandaron a una
parte inmunda, insalubre, donde no tienes nombre mientras ellos se preparaban
para matar y dar órdenes a una tropa con la obediencia ciega, la mayoría
adiestrados, entrenados y adoctrinados en las escuela de las Américas. Esos
primeros días tuvimos que empezar acostumbrarnos a cohabitar en un recinto
donde habían presos por drogas, asesinos, ladrones y nosotros teníamos que
hacernos respetar por bandas internas.
6
Nuestros compañeros que
aún estaban en Silva Palma vieron que la escuadra salía de la bahía con rumbo
desconocido para nosotros, pero al mismo tiempo ya estaba previsto que cuando
se produjeran tales eventos el golpe de estado era cosas de horas. El día 11 de
Septiembre de 1973, Yo estaba de ranchero, estaba preparando el desayuno y
traté de sintonizar la radio porteña y sólo escuché música, esa mañana había
sólo música clásica y la voz de las radios era el santo y seña, los
helicópteros sobrevolaban el puerto y particularmente se sentían en los
alrededores del cerro cárcel. Les avisé a mis compañeros que había golpe de
estado, se levantaron todos de inmediato, se dieron cuenta que la muerte
impregnaba nuestros pensamientos, era el anuncio de las noches más oscuras de
nuestras vidas y también para millones de personas. Esa mañana estaban las
primeras luces del amanecer, aún no era la alborada, mi pensamiento fue de
inmediato Rosalía, mi hijo Roberto Carlos. Pensaba en las torturas sufridas en
el fuerte de infante de la marina, los golpes de corriente en mis genitales,
los golpes con brutalidad de puños y pies me hacían pensar en lo peor. Pensaba
en cuando era niño que correteaba con mi caballo, cundo le ponía los talones él
caminaba atravesado haciendo un movimiento como si marchara, le soltaba un poco
la rienda y galopaba cortito, muy suave. Pensaba en mi madre que me había visto
salir tan joven, un niño de mi casa, mi padre, que me había hecho un hombre
endurecido en el trabajo del campo. Mientras, en la cárcel de Valparaíso,
empiezan a llegar cientos de prisioneros políticos, todos ellos torturados en
su mayoría en la academia de guerra naval, en el lebu y otras unidades que
sirvieron de centros de reclusión, nuestros compañeros de armas se
transformaban en fieras. El gobierno, antes las presiones de la Armada, ordena
aplicar la ley de seguridad del estado, de esa manera, a los que estábamos en
la cárcel, nos acusaron de lo más aberrante. Bajo torturas nos hicieron firmar
declaraciones que nunca existieron, dejando a merced de los genocidas y
fundamentalistas acciones de tipo criminal.
7
De la cárcel pública de Valparaíso nos llevaron al campo de concentración que estaba en Puchuncaví, al que llamaron Isla Melinka. Allí me tocó realizar trabajos forzados y hacer nuestra propia jaula FOTOS CLAUDIA BEBÉ En 1974 cada noche me hacía “caldo de cabeza”, mis hijos estaban pasando hambre y me daba impotencia el no poder ayudar a mi familia en esos momentos. Mi esposa hacía lo que podía viviendo en casa de mis suegros que tenían una familia numerosa, las palomas eran el único recurso para hacer una sopa. Ya había nacido mi segunda hija y me angustiaba que Claudia, que no tenía más de tres meses, crecía sin poder conocer a su padre. Rosalía adelgazaba hasta pesar sólo 45 kilos, de una estatura de un metro sesenta y nueve. La casa donde vivíamos se la habían quitado, ya que vivíamos en una población de marinos, y les gritaban “Comunista, ahora te quiero ver morirte de hambre”. Yo paseaba de un lado para otro aprendiendo tantas cosas, sobre todo de historia, habían compañeros dispuestos a poner sus conocimiento de economía, de agronomía, de derecho, de física, etc. La verdad que habían muchos profesionales, ese campo se había convertido en una verdadera escuela para mi. Los días eran muy largos y cada mañana nos hacían cantar la canción nacional con las dos estrofas que la dictadura había impuesto. Cada semana se iba gente de Isla Melinca, hasta que nos tocó nuestro turno porque ya habíamos terminado la construcción de Melinka en Puchuncaví. Antes de la entrada del invierno, vinieron infantes de marina en tono autoritario y nos dijeron que empacáramos nuestras cosas, nos subieron al camión celular y nos llevaron de vuelta a la cárcel pública de Valparaíso. Mientras partíamos escuchamos que nos cantaban “Aquí en Melinka todo el mundo se divierte, no vuelvan maaaaaaaaaaaaaas”. Un día, desde la cárcel, Me llevaron a fiscalía Naval de Valparaíso. Era la primera quincena del mes de enero de 1975, en la mañana como a las ocho treinta, vino un gendarme a buscarme, me informó que tenía que ir a la fiscalía, me hicieron subir a un vehículo militar. Me llevaron vendado a otro lado, allí me pusieron corriente y volvían a interrogarme preguntando lo mismo. Me pusieron corriente en el pene, grité como un barraco, el interrogatorio era interminable. Luego me llevaron de vuelta a la cárcel, traía mucha sed y casi no podía caminar. La corriente me había dejado todo el cuerpo adolorido, fui recibido por mis dos compañeros de celda.
8
El 19 de mayo día de la fundación del MAPU, me solicitaron que militara en ese Partido, había venido una comisión Alemana a visitar los prisioneros. Había tomado contacto con ellos, me dijo que a mi esposa la habían apadrinado un matrimonio Suizo y le daban un aporte mensual.