La detención de Luis Aguirre*
El ex marino Luis Aguirre había tomado también la iniciativa, quizá temeraria, de ir a visitar a sus compañeros encarcelados, todos ellos miembros de su antiguo grupo en le escuela de Operaciones. Como le informan que su nombre no ha sido mencionado, continúa militando en el MIR hasta 1974, cuando es detenido Moraga, el profesor de la escuela que lo conoce. Aguirre aplica disciplinadamente las reglas de Seguridad: desconectarse y “sumergirse”; o sea dejar de frecuentar las personas y lugares habituales. Como pasan dos meses sin que nada suceda, regresa a su casa, sobreviviendo de trabajos ocasionales como profesor en una escuela. De vez en cuando algún mirista le lleva informaciones; “Yo no tenía ninguna relación con el MIR, más bien ellos tenían relación conmigo”.
Así vive Luis Aguirre hasta principios de 1975, momento en que llegan a detenerlo al día siguiente de la detención de Carlos Díaz (Agustín). Por las preguntas, Aguirre se da cuenta de que lo han vigilado constantemente para llegar hasta Agustín. En los interrogatorios sólo le preguntan por el antiguo grupo de la Escuela de Operaciones. Aunque permanece preso “como 15 ó 16 meses” y es sometido a torturas, considera que “fue leve mi tortura comparada a otra gente”. Nunca se le acusará de nada oficialmente, ni será llevado a consejo de guerra ni condenado, y hasta hoy no sabe cuál es su situación jurídica.
Durante su detención, Aguirre introduce mensualmente una solicitud de libertad bajo fianza. sabe que no la obtendrá, pero el trámite le permite romper la monotonía del encierro dando un “paseo” entre la cárcel y la Fiscalía Naval. Sin embargo, durante la visita a Chile de una comisión de un organismo internacional, le conceden la libertad provisional. Pero mientras el ayudante del fiscal Patricio Schiavetti prepara el documento que le permite salir con la obligación de presentarse a firmar una vez por semana, irrumpe otro agente gritando escandalizado, lo pone contra la pared y lo amenaza: tiene que irse del país.
En junio de 1975 consigue visa para los EE.UU., pero se resiste a partir. Un día de diciembre de 1975, cuando se presenta a firmar, Aguirre es nuevamente arrinconado en la Fiscalía, donde lo golpean y lo amenazan con cárcel: “sabemos que tenís visa, no te hai ido ¿qué es lo que estai haciendo?”. En su caso no hubo ni decreto de expulsión ni conmutación de penas, sólo amenazas. Finalmente, en enero de 1976, Aguirre parte a los Estados Unidos. ( [E] Aguirre, 2000 ).
* ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo II, 285 – 286 )